Conoce los pros y contras de emplear un coworking u oficinas tradicionales, que te llevarán a tomar la mejor decisión según tu necesidad.
Desde hace algún tiempo, la oficina tradicional ya no es una alternativa obligatoria para los emprendedores. Y es que los espacios laborales compartidos entre empresas y emprendedores, también llamados coworking, han revolucionado la manera de trabajar.
Pero, entre el coworking y la oficina tradicional, ¿cuál es mejor?
En este artículo te mostraremos los pros y los contras tanto de los coworking como de las oficinas tradicionales,con el objetivo de ayudarte a tomar la mejor decisión según tus necesidades de trabajo.
Sin duda que la flexibilidad es una de las ventajas más prominentes que tienen los espacios de coworking con respecto a las oficinas tradicionales. En una oficina tradicional, los empleados suelen tener horarios específicos y cubículos fijos.
Mientras que los coworking proporcionan flexibilidad en términos de tiempo y espacio. En ellos, los usuarios pueden elegir cuándo y dónde trabajar, siempre que el espacio esté disponible. Esto les permite adaptar su horario a sus necesidades particulares.
El entorno de los coworking es abierto y compartido, por lo tanto difícilmente alguien tendrá un escritorio o cubículo fijo. Debido a esta total ausencia de privacidad, a los trabajadores o emprendedores se les puede dificultar alcanzar niveles óptimos de concentración.
En cambio, en las oficinas tradicionales se suelen asignar espacios fijos y muchas veces cerrados, tanto para una persona como para un equipo de trabajo. De esta manera se proporciona mayor control sobre el acceso a terceros y se mejora la capacidad de concentración.
En un coworking, múltiples trabajadores y emprendedores comparten un mismo espacio. Con esto, se crean oportunidades de colaboración, así como redes de intercambio que difícilmente se producen en las oficinas tradicionales.
Por el contrario, en las oficinas tradicionales resulta muy complejo encontrar ese sentido de comunidad.
Esto se debe a que normalmente estos espacios pertenecen a una sola empresa y los empleados tienden a concentrarse de forma exclusiva en su trabajo, perdiendo así la oportunidad de integrarse con personas fuera de ese entorno.
Una ventaja indiscutible de los coworking es su capacidad para reducir gastos. En las oficinas tradicionales, las organizaciones asumen el pago del alquiler, así como de los servicios, equipos de oficina, mantenimiento, entre muchos otros.
Mientras que en los coworking el alquiler incluye espacios de trabajo totalmente equipados, pago de servicios compartidos y condiciones flexibles de arrendamiento, produciendo un importante ahorro para la empresa o emprendimiento.
Debido a que los coworking son espacios que se comparten entre varias personas y empresas, existe un mayor riesgo de acceso no autorizado o robo.
Para los administradores del coworking resulta muy difícil garantizar la seguridad sobre las pertenencias de los usuarios e impedir el acceso, puesto que son espacios abiertos y comunitarios.
Es así como la carga sobre el empleo de mecanismos de seguridad se traslada mayoritariamente al usuario.
En una oficina tradicional puedes personalizar por completo tu espacio añadiendo fotos familiares o adornos según tus preferencias de estilo particular.
En los coworking suele haber una distribución a la que debes adaptarte, debido a que tu presencia puede ser efímera en ese espacio. Así que no siempre vas a estar de acuerdo con los detalles de la decoración.
Normalmente, los coworking se ubican en zonas urbanas o barrios de moda. Esto significa, que las personas que viven en localidades rurales o espacios apartados de la misma ciudad, tal vez no tengan facilidad para trasladarse hasta o desde ellos.
Las oficinas tradicionales, en cambio, suelen estar ubicadas en zonas empresariales o céntricas. Incluso, en localidades rurales y lugares apartados es posible encontrarlas con total facilidad.
Las oficinas tradicionales y los coworking tienen pros y contras que debes considerar antes de tomar una decisión.
La oficina tradicional te ofrece mayor privacidad y seguridad, así como cierto grado de personalización, pero es más costosa ya que en ella debes asumir todos los gastos.
Mientras que los coworking son más económicos y flexibles, ofreciendo oportunidades de conexión con terceros. Pero, pierdes tanto privacidad como seguridad, y se limitan también las oportunidades de personalización.
En todo caso, la productividad y crecimiento de tu empresa dependerá de muchos factores.
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