¿Buscas el éxito y el crecimiento sostenible de tu negocio?, ¿quieres una guía que sirva de clave para tomar decisiones claves, asignar recursos e identificar oportunidades? Entonces, tienes que hacer uso de la administración estratégica, una herramienta de diagnóstico, análisis y toma de decisiones, que hará que tu negocio tome el impulso que necesita.
En ese sentido, el modelo de administración estratégica se puede aplicar sin importar si eres un emprendedor que está comenzando su primer negocio o un líder experimentado en busca de revitalizar una empresa establecida, la gestión estratégica te permitirá desbloquear todo el potencial. ¿Te interesa? ¡Sigue leyendo para que aprendas a marcar la diferencia con tu empresa!
La definición de administración estratégica permite que las organizaciones afronten sus desafíos, debido a que facilita la realización de diagnósticos, análisis detallados y, al mismo tiempo, puede hacer que tomes mejores decisiones. De esta manera, permite que se haga un esfuerzo sistemático en función de obtener mayor eficiencia y calidad.
Por otro lado, la administración estratégica según autores como Richard L. Daft, es un conjunto de decisiones y de acciones con las cuales se formulan e implementan estrategias que darán un ajuste competitivamente superior entre la empresa y su ambiente con el fin de alcanzar sus metas.
Asimismo, Peter Drucker, en su libro The Practice of Management (1954), afirma que la estrategia requiere que los gerentes analicen su situación presente y que la cambien si es necesario. Pero, ¿qué hace un administrador estratégico? Se encarga de ser el responsable de supervisar y dirigir el proceso de administración estratégica dentro de una organización.
Algunas de sus funciones son las siguientes:
La administración estratégica en las organizaciones es muy importante, debido a que es un enfoque que permite prever problemas y oportunidades potenciales de una manera veloz. Esto es especialmente útil en un mundo tan cambiante y competitivo, que constantemente está desafiando a las empresas. La capacidad de adaptarse a entornos volátiles y aprovechar las tendencias emergentes es esencial para mantener la relevancia y la competitividad a largo plazo.
Asimismo, la gestión estratégica ayuda a maximizar el uso de los recursos disponibles. Con esta herramienta, se evalúan y asignan adecuadamente los recursos internos, lo que facilita que las organizaciones puedan optimizar su eficiencia y reducir el desperdicio. Esto es excelente para empresas pequeñas o que cuenten con una cantidad muy limitada de recursos.
Por otro lado, las empresas pueden desbloquear su verdadero potencial y superar a sus competidores. La administración estratégica es una guía confiable y una brújula que orienta a las empresas en su viaje hacia el éxito empresarial.
La primera etapa de la administración estratégica es el análisis del entorno empresarial. Aquí, las organizaciones evalúan el panorama competitivo, identifican las oportunidades y amenazas. También se encargan de análisis aquellos factores tanto internos como externos que podrían afectar el desempeño del mismo. Este análisis sirve para tener información y comprensión del entorno en que opera la organización. También es la base para poder formular estrategias efectivas.
La segunda etapa implica definir la visión y misión de la organización. La visión es una forma de describir el futuro que se espera de una empresa, mientras que la misión establece el propósito fundamental de la organización. Esto va a ser un marco de referencia para la toma de decisiones. Asimismo, en este paso es crucial saber cuáles son los valores de la marca.
La etapa de formulación de estrategias implica desarrollar planes de acción para lograr los objetivos establecidos. Se trata de identificar las estrategias principales, como la diferenciación, el liderazgo en costos o la segmentación del mercado. En esta etapa, se puede, además, determinar los objetivos específicos y las metas a largo plazo. Es importante que se haga un estudio de los recursos disponibles, las capacidades internas y las demandas del mercado. Evidentemente, debes elaborar un plan para lograrlo.
El siguiente paso en la gestión estratégica es la implementación. No es más que poner en marcha el plan previamente definido. Esto implica asignar los recursos necesarios, diseñar estructuras organizativas eficientes y comunicar la estrategia a todos los miembros del equipo. Este proceso debe hacerse con mucho cuidado, por tanto, es necesario que haya coordinación efectiva y un compromiso en todos los niveles de la organización.
La última etapa de la administración estratégica es la evaluación y control. Consiste en monitorear el progreso hacia los objetivos estratégicos y se realizan ajustes según sea necesario. Una buena manera de hacer esta evaluación y control es teniendo indicadores clave de desempeño (KPI) para evaluar el éxito.
La toma de decisiones estratégicas implica analizar y evaluar múltiples factores, sin embargo, un elevado grado de complejidad puede dificultar la toma de decisiones informadas y efectivas. Por tanto, uno de los desafíos a los que se enfrentan los administradores estratégicos es a recopilar y analizar datos relevantes, considerar escenarios alternativos y evaluar los riesgos asociados antes de tomar decisiones críticas.
Otro de los desafíos es que puede haber una resistencia al cambio, no solo por parte de los empleados, sino también de los clientes. Por ello, es imprescindible contar con un liderazgo sólido que comunique claramente los beneficios del cambio y fomente la colaboración y el compromiso de todos los miembros de la organización.
Además, la gestión estratégica puede ser desafiante, ya que requiere una coordinación y alineación efectivas en todos los niveles de la organización. Sin embargo, lograr esta alineación puede resultar desafiante debido a las diferentes perspectivas, objetivos individuales y estructuras organizativas complejas.
Finalmente, no se puede pensar que la administración estratégica es un proceso de una sola vez, sino que debe ser realizado constantemente. También se debe saber analizar cuándo una estrategia o plan ya no está dando el resultado esperado. Esto puede ser un reto, porque muchos líderes se acostumbran y sienten miedo de cambiar completamente de ruta.
Una herramienta ideal para la gestión estratégica es realizar un análisis DOFA (Debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas). Con este análisis, los administradores pueden desarrollar estrategias que aprovechen las fortalezas internas y externas, aborden las debilidades, le saquen provecho a las oportunidades y mitiguen las amenazas.
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Esta herramienta es utilizada para evaluar el portafolio de productos de una empresa y tomar decisiones estratégicas en función del crecimiento y la participación en el mercado. Fue creada y popularizada por Bruce D. Henderson, fundador de Boston Consulting Group en 1970. Clasifica los productos en cuatro categorías: estrellas, vacas lecheras, interrogantes y perros, lo que, en resumen, permite asignar los recursos adecuados a cada categoría y tomar decisiones informadas sobre el crecimiento o la diversificación.
Identifica cuatro estrategias posibles: penetración de mercado, desarrollo de mercado, desarrollo de productos y diversificación. Esta herramienta es perfecta para seleccionar la estrategia más adecuada para expandir el negocio y maximizar el crecimiento. Creada por Igor Ansoff en 1957 y también conocida como Matriz Producto/Mercado o Vector de Crecimiento, es lo que debes usar para identificar oportunidades.
Esta metodología, creada por Robert Kaplan y David Norton, permite estructurar los objetivos estratégicos así como medir y gestionar el desempeño empresarial en diferentes áreas clave. Su principal ventaja es que contribuye a tener una visión equilibrada del desempeño y ayuda a los administradores a alinear los objetivos estratégicos con las acciones operativas.
Examina los aspectos políticos, económicos, sociales, tecnológicos, ambientales y legales que pueden tener un impacto en la estrategia y el desempeño empresarial. Es crucial para entender al mercado y al cliente al cual se dirige tu producto o servicio.
PayPal es un gran ejemplo de administración estratégica. Entrar en el negocio de la banca es demasiado complejo, ya que requiere una inversión millonaria, que pocos pueden permitirse. Sin embargo, los fundadores de PayPal lograron ingresar a este negocio. ¿Cómo lo hicieron? Con una gestión estratégica, que consistió en masificar su uso con una agresiva campaña de marketing, además de que lograron alianzas importantes con Visa y MasterCard, por ejemplo.
Apple es un ejemplo destacado de cómo la administración estratégica puede transformar una empresa y posicionarla como líder en la industria. A través de una estrategia centrada en la innovación y la excelencia en el diseño, Apple ha logrado desarrollar productos icónicos.
Starbucks ha utilizado la administración estratégica para convertirse en una marca reconocida a nivel mundial en la industria del café. Su estrategia se basa en la creación de un ambiente acogedor y la entrega de una experiencia de alta calidad al cliente.
¿Qué te ha parecido la administración estratégica?, ¿crees que es lo que tu negocio necesita? ¡Déjanos un comentario!