Desde siempre la vida laboral ha conformado una parte importante de nuestro diario vivir. Esto se debe, no solo a la retribución económica, sino a que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en la oficina. Incluso, muchas veces, nos ocupamos en nuestras tareas a tal grado que se nos pasa la hora de salida. Esto, tristemente, ha ocasionado que la vida personal o familiar no pueda desarrollarse con plenitud. A este problema, se suma el hecho de que hoy en día muchos han convertido su hogar en oficina. Aunque el hecho de trabajar en casa trae ciertas ventajas, también sobrepone nuestra vida laboral y personal. Debido a esto, se vuelve aún más urgente encontrar un equilibrio entre estos dos aspectos. Indiscutiblemente, ambas tienen gran trascendencia, por lo que debemos saber coordinarlas antes que descartar o descuidar alguna.
Afortunadamente, en la actualidad, y gracias a la era digital, es mucho más sencillo compaginar nuestra vida laboral con la personal. Las diferentes herramientas y plataformas nos permiten conectar ambas vidas, un aspecto que ha cobrado especial relevancia en los últimos años y que también ha tenido una traducción en el desarrollo de apps. Por ejemplo, con herramientas que nos ayudan a garantizar la seguridad de nuestros hijos frente a las nuevas tecnologías, desde una conversación de WhatsApp hasta el uso de sus redes sociales. Para equilibrar tu vida personal y profesional, no dejes de leer los consejos que te brindamos a continuación.
Es vital entender que, sobre todas las cosas, somos seres humanos. Nuestras capacidades no son ilimitadas y siempre estamos en riesgo de algún inconveniente o problema externo. Siendo así, es importante aprender a delegar el trabajo. Si sientes que, por cualquier motivo, no puedes culminar alguna tarea, ya sea del hogar o del trabajo, no te comprometas. En este punto, cabe aclarar que no se trata de pasar todas las tareas a alguien más; lo que se debe hacer es coordinar las tareas. En otras palabras, ten conciencia de tus capacidades para que no te excedas de trabajo o responsabilidades. Reparte conscientemente las tareas del hogar y las responsabilidades laborales para que ambos bandos sean productivos y equilibrados.
Este consejo es verdaderamente sencillo y te ahorrará muchas complicaciones. De manera similar al punto anterior, debes identificar qué te hace falta o qué te ayudaría a equilibrarte. Una vez que descubras tus necesidades, comunícalo con tu familia y compañeros de trabajo. No tengas miedo de pedir ayuda, tanto en el trabajo como en el hogar. Por ejemplo, si vas a tener una reunión online de importancia y por eso no puedes hacer ciertas tareas, coméntalo con tu familia, de seguro te darán tu espacio y ayudarán en lo que haga falta. O, si necesitas llevar a tu hijo al médico, coméntalo en el trabajo. Así, podrán organizar los temas pendientes mientras tú te ocupas de tu familia. De esta manera, ambas partes estarán al tanto de tus prioridades y ocupaciones y podrán ayudarte a coordinarlas. Lograrás cumplir con tus obligaciones en ambos ámbitos.
Otro punto importante es saber priorizar tus deberes. Seguro que en más de una ocasión te has agobiado con tareas que finalmente no era tan urgentes como parecían. Para evitar esto, debes distinguir qué temas necesitas hacer inmediatamente y cuáles pueden esperar. Piensa qué tareas merecen las horas extras y cuáles son, simplemente, un exceso innecesario. Si logras esto, podrás planificar bien tus espacios y tiempos.
Tanto la vida personal como la laboral pueden llegar a ser agobiantes. Por este motivo, es muy importante que aprendas a desconectarte y tener un tiempo solo para ti. Muchas veces sufrimos de altas dosis de estrés, lo que puede afectar gravemente nuestra salud. Y si nuestra salud no está bien, no podremos rendir en nuestro hogar o trabajo y menos sentirnos bien con nosotros mismos. De vez en cuando, desconéctate. Apaga tu celular y dedícate a hacer lo que más te guste, puedes leer un libro o practicar algún deporte. Esto hará que tus niveles de estrés bajen y que puedas recargar tus energías para seguir conciliando tu vida laboral y personal.
El último de nuestros consejos es también de los más importantes. Llegar al final de la jornada pensando en que todavía hay tareas pendientes, es un síntoma de la desorganización. Cada día, establece un horario con los tiempos estipulados para cada tarea. Lo ideal es que la organices por orden de prioridad (como te mencionamos anteriormente). A medida que avances en tus tareas, ve marcándolas, así también llevarás un registro de cuáles tareas se te facilitan y cuáles requieren mayor tiempo. Pronto tendrás un calendario claro y adaptado a tus capacidades.