Es común que para muchos todo parezca ir a gran velocidad. El mundo está en constante cambio y cada vez son más los enfoques que priorizan el bienestar de los empleados en el trabajo. Por eso, se requiere de líderes que no solo se encarguen de la gestión de las tareas, sino que realmente entiendan a sus empleados, valoren su bienestar y trabajen para potenciar lo mejor de cada persona. A partir de allí nace el liderazgo humanista, un enfoque que vale la pena conocer y aplicar.
Es normal que suela confundirse con acciones como bajar la guardia o ser buena persona, pero es importante resaltar que eso es algo que va mucho más allá, con pilares que lo sustentan y herramientas que facilitan su aplicación.
El liderazgo humanista es un tipo de liderazgo que tiene como objetivo el desarrollo y el bienestar de las personas, a diferencia de otros tipos de liderazgo que solo están basados en las cifras, los objetivos o los procesos; en este caso, se cuenta con líderes que se concentran mucho más en acciones que los lleven a construir relaciones sólidas, empáticas y significativas.
El liderazgo humanista fomenta la colaboración, la empatía y el respeto mutuo. Una de las características principales de este liderazgo es que los líderes entienden que los miembros de su equipo son seres complejos, con emociones, valores y aspiraciones que van más allá de la simple ejecución de tareas.
La conexión es un aspecto que destaca en la sociedad actual; esto hace que las personas se sientan cada vez más presionadas en sus áreas de trabajo, principalmente porque existen situaciones que pueden llevar a deshumanizar el entorno laboral. Para evitar esto, el liderazgo humanista ha ganado relevancia. Además, fomenta la empatía, elemento esencial para resolver problemas y fortalecer las relaciones.
Además, los líderes humanistas son clave para promover una cultura organizacional saludable. Esto reduce el ausentismo laboral, mejora el clima organizacional y contribuye a la retención del talento.
Este es quizás el pilar más resaltante, ya que la persona que lo lleve a cabo debe saber escuchar y entender que darles valor a los sentimientos de los demás es indispensable. La empatía también ayuda a los líderes a ofrecer soluciones personalizadas que beneficien tanto a los empleados como a la organización.
Algo que siempre destaca a los líderes humanistas es el gran respeto que manejan: ellos están conscientes de que en el mundo existen diferencias de pensamiento, género, habilidades y mucho más. Esto es muy beneficioso porque enriquece la toma de decisiones.
La autenticidad inspira confianza y crea un ambiente de trabajo donde las personas se sienten seguras para ser ellas mismas. Cuando un líder se muestra genuino, deja ver que no tiene miedo de ser imperfecto, y eso hace que todos los demás se sientan cómodos para compartir ideas, cometer errores y aprender.
El liderazgo humanista no solo se trata de sacar lo mejor de las personas para cumplir con objetivos a corto plazo, sino de fomentar su crecimiento continuo. Esto implica que los líderes humanistas están comprometidos con el desarrollo personal y profesional de sus colaboradores.
Este pilar garantiza que se ofrezcan oportunidades de aprendizaje, en mentorías, en desafíos que ayuden a las personas a expandir sus habilidades y en darles espacio para que exploren lo que realmente les apasiona dentro de su trabajo.
La comunicación es esencial en cualquier tipo de liderazgo, pero en el humanista, es aún más importante, además de que permite que todos puedan expresarse sin temor a nada.
El bienestar físico y emocional de los colaboradores es otra prioridad de un líder humanista. Más allá de las metas laborales, los líderes humanistas se preocupan por la salud mental y el equilibrio entre la vida personal y profesional de su equipo.
Este liderazgo mejora las relaciones en el equipo, gracias a que cuando un líder escucha y entiende, el ambiente de trabajo se transforma en un espacio positivo, donde cada miembro se siente valorado y aumenta su compromiso.
También permite que haya un aumento de la productividad, ya que al estar el equipo motivado pueden trabajar con más ganas y eficiencia, siendo muy notorio los mejores resultados.
Otro beneficio importante es la retención de talento, ya que cuando la prioridad es el bienestar, los empleados permanecen y crecen en la organización. Además, se fortalece la comunicación.
Por lo general, el liderazgo humanista busca el bien común, lo que incluye una preocupación bastante marcada por nuestro planeta. Estos líderes buscan instaurar prácticas en las empresas que contribuyan al cuidado del medio ambiente. De hecho, este es uno de los beneficios de este tipo de liderazgo que se exalta en el Decálogo de Buenas Prácticas en Liderazgo Humanista del IECO.
Para un líder humanista, escuchar activamente es sinónimo de brindarle a los miembros de su equipo un espacio seguro donde las personas puedan expresarse libremente.
Esta técnica es una de las más efectiva para darle prioridad a lo que piense cada trabajador; lo recomendable acá es hacerlo de la forma más genuina, que no resulte incómodo y siempre desde la honestidad y el respeto. El feedback es una herramienta de gran ayuda para el crecimiento personal y profesional del equipo.
Esta herramienta permite conectar emocionalmente con tu equipo, entender sus desafíos y responder de manera sensible a sus necesidades.
Un líder humanista no solo se concentra en los resultados sino también en el desarrollo a largo plazo de su equipo. Una técnica que funciona perfectamente es brindar oportunidades de crecimiento.
Dentro de las mayores fortalezas que tiene un líder humanista se encuentra la capacidad de delegar con confianza. A diferencia de otro tipo de liderazgo como lo es el autoritario, el liderazgo humanista permite que todos asuman responsabilidades, confíen en sus habilidades y desarrollen su propio potencial.
Para eso lo que te recomendamos lo siguiente:
La mayoría de los gerentes y líderes humanistas coinciden en que los mejores resultados son aquellos que se dan cuando las personas trabajan en equipo para alcanzar las metas propuestas. Por eso, el trabajo en equipo es una técnica que un líder debe fomentar.
Lo que puedes hacer es:
El liderazgo humanista, a pesar de todos los beneficios que brinda a las organizaciones, también posee ciertos desafíos que pueden ser difíciles de contrarrestar, aunque eso no significa que sea imposible.
Uno de los más comunes es la resistencia al cambio que experimentan algunos, especialmente aquellas empresas que se caracterizan por tener estructuras tradicionales que están acostumbradas a formas de liderazgo más autoritarias. Este cambio de enfoque puede generar desconfianza ante la idea de algo que se caracteriza por la empatía y la colaboración. Pero esto no es una barrera que no pueda trabajarse, ya que es posible superarlo si se ofrece educación continua sobre todos los beneficios del liderazgo humanista.
Otro desafío importante que vive el líder humanista es el equilibrio y los límites necesarios, es decir, puede ser complicado manejar la empatía sin perder la autoridad necesaria, por eso lo ideal es establecer límites claros y mantener una comunicación en todo momento.
El liderazgo humanista es una nueva forma de comprender los negocios y la gestión de los equipos de trabajo. Este enfoque promueve organizaciones más saludables, productivas e innovadoras, al centrarse en las personas, sus necesidades, intereses y motivaciones.