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Liderazgo situacional | La clave de los líderes del siglo XXI

En el entorno empresarial actual, donde los equipos de trabajo se enfrentan a desafíos cada vez más complejos y cambiantes, el liderazgo situacional se ha convertido en uno de los estilos de liderazgo esenciales para los líderes. En ese sentido, ya sea que seas un líder en ascenso o un profesional interesado en mejorar tus habilidades de liderazgo, debes tener en consideración que este tipo de liderazgo ofrece un marco valioso para desarrollar equipos resolutivos, motivados y adaptativos.

Por eso, en este artículo de Coworkingfy, conocerás cómo este tipo de liderazgo puede ser crucial para guiar a tu compañía hacia el cumplimiento de sus objetivos. ¿Quieres saber más acerca de la dinámica del liderazgo situacional? Entonces, sigue leyendo.

¿Qué es el liderazgo situacional?

Líder en conferencia | Liderezgo situacional

El liderazgo situacional es un enfoque que se basa en la capacidad del líder para adaptar su estilo de liderazgo a diferentes situaciones y niveles de desarrollo de los empleados. Este modelo reconoce que no existe un único estilo de liderazgo que sea adecuado para todas las circunstancias y equipos de trabajo, por lo que es altamente efectivo. Fue desarrollado en 1969 por Paul Hersey y Ken Blanchard.

De esta manera, en lugar de imponer un solo estilo de liderazgo, el líder situacional evalúa continuamente la situación en la que se encuentra y las habilidades, conocimientos y motivación de l equipo de trabajo. Luego, ajusta su enfoque para adaptarse a las necesidades específicas del equipo y lograr los mejores resultados.

El objetivo final del liderazgo situacional es maximizar el potencial de cada miembro del equipo y garantizar que se satisfagan sus necesidades individuales de desarrollo. El líder se convierte en un facilitador que apoya y guía a los empleados hacia el logro de metas y objetivos, teniendo en cuenta su nivel actual de competencia y confianza.

Características del liderazgo situacional

Equipo de trabajo

Versatilidad en diferentes modalidades de trabajo

El liderazgo situacional de Hersey y Blanchard se adapta sin problemas a cualquier modalidad de trabajo, ya sea presencial, por objetivos, freelance o híbrida. El líder comprende que cada contexto requiere un enfoque particular y está dispuesto a ajustar su estilo de liderazgo para mantener la eficacia y la conexión con su equipo, sin importar la ubicación física.

Adopción de distintos estilos según las necesidades

Se caracteriza por la capacidad de adaptar y adoptar diferentes estilos de liderazgo según las necesidades y características de la situación en particular. El líder puede alternar entre un estilo directivo, cuando se requiere una guía y dirección claras, o un estilo más participativo o delegativo, cuando el equipo posee la madurez y competencia suficientes para tomar decisiones y asumir responsabilidades.

Contribuye a un clima laboral positivo

El líder genera confianza, promueve la comunicación abierta y el trabajo en equipo, lo que resulta en un ambiente armonioso y motivador para el crecimiento y el logro de metas.

Facilita la identificación de oportunidades de mejora

Otra característica de un líder situacional es que fomenta un ambiente propicio para la detección y aprovechamiento de oportunidades de mejora. A través de su perspicacia y comprensión del equipo, promueve la participación activa de los miembros en la identificación de áreas que pueden ser fortalecidas u optimizadas, lo que contribuye a un crecimiento continuo tanto a nivel individual como colectivo.

Excelentes resultados, incluso a corto plazo

El liderazgo situacional ha demostrado ser altamente efectivo en la obtención de resultados hasta en el corto plazo. Al adaptar su estilo de liderazgo a la situación y a las necesidades del equipo, el líder incentiva la motivación, la eficiencia y la productividad. Además, el enfoque en el desarrollo individual y el fortalecimiento del equipo conducen a mejoras sostenidas en el desempeño y en el logro de los objetivos.

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Equipo siguiendo al líder

Liderazgo directivo

Se caracteriza por un enfoque autoritario en el cual el líder está al mando y asume la total responsabilidad de la planificación y asignación de tareas a sus subordinados. En este estilo de liderazgo, el líder proporciona instrucciones claras y supervisa de cerca el desempeño de los empleados. Este enfoque es comúnmente utilizado cuando se trabaja con un equipo sin experiencia o con menor capacidad de proactividad que requiere una mayor supervisión.

Liderazgo persuasivo

El liderazgo persuasivo se asemeja al liderazgo directivo, pero con algunas modificaciones. En este caso, el líder sigue determinando las tareas a realizar por los miembros del equipo, pero se permite realizar intercambio de ideas y feedback por parte de estos, con el objetivo de buscar una solución.

Liderazgo participativo

Otro tipo de liderazgo situacional es el participativo, se lleva a cabo en momentos de bajo rendimiento del personal o en casos particulares donde algún miembro del equipo necesita ser impulsado por un profesional para alcanzar los resultados esperados. En este tipo de liderazgo, el líder asume un rol de apoyo y fomenta una buena comunicación con sus trabajadores. Aunque el líder sigue tomando las decisiones finales, se promueve la participación y el involucramiento activo de los miembros en la definición y supervisión de las tareas del equipo.

Liderazgo delegador

Se considera un objetivo deseado para cualquier empresa. Acá el líder recluta talento y tiene como misión delegar tareas y responsabilidades a los empleados que demuestren ser capaces de asumirlas. Se fomenta el desarrollo profesional y se confía en la autonomía de los empleados para trabajar y tomar decisiones.

Ventajas y desventajas del liderazgo situacional

Equipo de trabajo en reunión

Ventajas del liderazgo situacional

Aumento de la motivación y satisfacción

El liderazgo situacional es, en cierta medida, un enfoque de liderazgo progresivo. Esto significa que a medida que el líder vea que sus subordinados merecen más confianza, les asignará tareas de mayor responsabilidad. Esto se convierte en un poderoso factor de motivación para los empleados, ya que saben que su esfuerzo será recompensado. Como resultado, el equipo muestra un mayor nivel de satisfacción laboral.

Personalización en la forma de tratar a los empleados

Todos los profesionales experimentan diferentes estados de ánimo y, por lo tanto, su respuesta a los mismos estímulos puede variar. El liderazgo situacional ayuda a abordar esta situación al ajustar el estilo del líder para adaptarse mejor al estado particular de cada empleado.

Permite la flexibilidad

Los líderes situacionales no insisten en un conjunto específico de reglas que todos deban seguir. En su lugar, crean un entorno en el que se fomenta la participación y el intercambio de ideas, para que cada persona pueda tener éxito. Reconocen que cada individuo tiene habilidades laborales, talentos y necesidades únicas. Asimismo, adaptan su enfoque para aprovechar al máximo el potencial de cada miembro del equipo.

Al ser flexibles, los líderes situacionales permiten que las personas se expresen y compartan sus ideas, creando un entorno inclusivo y colaborativo. Este enfoque fomenta la innovación, el crecimiento individual y colectivo. También contribuye al éxito global del equipo.

Desventajas del liderazgo situacional

Incertidumbre

La teoría de liderazgo situacional implica cambios constantes en el estilo de liderazgo adoptado por el líder. Si no se comunica adecuadamente o se gestiona de manera efectiva, estos cambios pueden generar cierta incertidumbre entre los beneficiarios o seguidores. Los miembros del equipo pueden sentirse confundidos o inseguros acerca de qué esperar del líder y cuál será la dirección a seguir.

Limitaciones a largo plazo

A pesar de que el liderazgo situacional es altamente efectivo en situaciones que requieren adaptabilidad y respuesta inmediata, puede no ser la estrategia ideal para decisiones o planes a largo plazo. De esta forma, debido a su enfoque en la situación y el desarrollo de los empleados, puede ser menos adecuado para establecer una visión a largo plazo y formular estrategias.

Riesgo de deterioro del equipo

Si el liderazgo situacional no se implementa con responsabilidad y seriedad, existe el riesgo de que el equipo de trabajo y su producción se deterioren. Si el líder no logra adaptar adecuadamente su estilo de liderazgo a las necesidades de la situación y los miembros del equipo, esto puede generar confusión, falta de dirección y falta de motivación.

¿Cuáles son las fases del liderazgo situacional?

Líder con su equipo detrás

Diagnóstico

En esta primera fase, se lleva a cabo una evaluación exhaustiva de los diferentes factores que intervienen en la situación. Esto incluye analizar las habilidades y competencias del líder, así como el nivel de madurez y desarrollo de los empleados. También se consideran las necesidades y características específicas del proyecto o equipo.

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Preparación

En esta etapa, se establece la situación ideal que se desea alcanzar. Se definen los objetivos y se describen los puntos clave que caracterizan ese nivel óptimo de rendimiento y desarrollo. Esta preparación detallada permite realizar una comparación entre la situación actual y la deseada, identificando las brechas y los aspectos a mejorar.

Valoración

Una vez recopilada la información en las etapas anteriores, se procede a evaluar el nivel actual del equipo. Se analiza la capacidad de los miembros del equipo para asumir responsabilidades y enfrentar desafíos, considerando tanto factores externos como internos. Esta valoración proporciona una visión clara de la situación actual del equipo y sirve como punto de partida para el siguiente paso.

Motivación

En este momento, se realiza una evaluación más profunda de los factores de cada empleado, como su nivel de motivación, confianza y compromiso. Se busca comprender qué impulsa a cada individuo y cómo se puede fomentar su participación activa y su desarrollo. La motivación adecuada es esencial para generar un ambiente de trabajo productivo y estimulante.

Madurez

El nivel de madurez, desarrollo y experiencia de cada miembro del equipo es un aspecto crucial a considerar. Este punto tiene un impacto directo en la asignación de responsabilidades y la autonomía que se puede otorgar a cada empleado. Es necesario evaluar el grado de madurez de cada individuo y adaptar el liderazgo en función de ello, brindando el apoyo y la orientación necesarios.

Selección

En esta última fase, se selecciona el estilo de liderazgo más adecuado para abordar la situación y las necesidades identificadas. El líder debe elegir el enfoque que mejor se ajuste a las características y demandas del equipo en ese momento. Además, se debe evaluar periódicamente la efectividad del estilo de liderazgo seleccionado y realizar ajustes o adaptaciones según las nuevas necesidades que surjan.

¿Cómo aplicar el liderazgo situacional?

Liderazgo situacional en empresa

Analizar las tareas y resultados esperados de los subordinados

Una parte fundamental del liderazgo situacional es realizar un análisis detallado de las tareas asignadas a tus subordinados. Esto implica definir claramente las actividades a realizar, establecer los plazos de ejecución y determinar los resultados esperados. Esto te permitirá adaptar tu estilo de liderazgo de manera efectiva.

Distinguir las fortalezas y debilidades de los empleados

Para implementar con éxito el liderazgo situacional, es esencial que identifiques las fortalezas y debilidades de tus trabajadores. Esto implica conocer en qué áreas tienen habilidades destacadas y en cuáles pueden necesitar apoyo y desarrollo. Para lograr esto, es crucial establecer una comunicación abierta y de confianza con tu equipo.

Evaluar la situación del equipo

Es importante reconocer que todos los miembros de un equipo atraviesan momentos de altos y bajos tanto en su vida profesional como personal. Como líder situacional, es fundamental estar atento a los desafíos y motivaciones individuales de tus empleados. Identificar qué factores pueden estar afectando su motivación y buscar soluciones oportunas será clave. Del mismo modo, deberás reconocer a aquellos empleados que muestran un gran entusiasmo y deseo de superación profesional.

Seleccionar el estilo de liderazgo adecuado

Una vez que hayas analizado a tu equipo, podrás relacionar las características y necesidades de tus trabajadores con los distintos estilos de liderazgo situacional que se han explicado. Sin embargo, si aún tienes dudas sobre cuál es el enfoque más adecuado para tu equipo, no te preocupes. El liderazgo situacional está diseñado para adaptarse y realizar los cambios necesarios según la situación.

Ejemplos de liderazgo situacional

Equipo trabajando en proyecto

Nelson Mandela

Nelson Mandela es uno de los ejemplos más destacados en la aplicación y dinámica liderazgo situacional. Después de graduarse en Derecho, se convirtió en líder de la juventud y luchó contra la política segregacionista del gobierno sudafricano. Lo que hizo a Mandela un líder ejemplar fue su capacidad para identificar las situaciones en las que se encontraba y adaptar su comportamiento y acciones de acuerdo a lo que era necesario para lograr el éxito en su causa.

John F. Kennedy

Otro de los casos reales de liderazgo situacional es John F. Kennedy. Durante la campaña presidencial de 1960, Kennedy logró convencer a los votantes de que era el candidato adecuado para el país en medio de la Guerra Fría. Según los expertos en liderazgo, se destaca el cambio en la actitud del pueblo hacia Kennedy y su papel como presidente, lo cual ha inspirado a una nueva generación de líderes que comparten los valores que él promovió.

Palabras finales

No cabe duda que el liderazgo situacional ofrece una perspectiva poderosa y adaptable para guiar a los equipos, ya que los líderes situacionales se destacan al ajustar su estilo de liderazgo según las necesidades individuales y las circunstancias cambiantes. Asimismo, los líderes tienen la capacidad de forjar equipos resilientes, eficaces y motivados, capaces de superar cualquier desafío que se les presente en su camino hacia el logro de objetivos conjuntos.

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