Si eres emprendedor, debes saber lo necesaria que es una fuente de financiamiento para iniciar o mantener tu negocio. Aunque siempre es más fácil conseguir financistas para una empresa con credenciales o resultados claros y certificados, también existen inversiones enfocadas en los nuevos negocios en crecimiento. Tal es el caso del capital privado, que contribuye precisamente con ambos tipos de empredimientos. Por un lado, se encuentra el Venture Capital o capital de riesgo, una forma de financiación que inyecta dinero a empresas en fase inicial o de crecimiento. Y luego tenemos el Private Equity o capital privado, que es una clase de inversión para empresas más maduras que ya han superado las fases de inicio y arranque.
Ambas fuentes de fincanciación hacen parte de los tipos de capital privado, sin embargo, uno es más osado que el otro. ¿Quieres conocer sus diferencias y aprender a identificar cuál es el apropiado para tu emprendimiento? A continuación, hablaremos en detalle sobre ello y profundizaremos sobre el Private Equity.
El concepto de capital privado incluye tanto el Private Equity como el Venture Capital, pero hoy nos enfocaremos en entender de que se trata el Private Equity. Este se diferencia del Venture Capital porque no ofrece su aporte antes del nacimiento de la empresa (capital semilla). Asimismo, no financia el establecimiento y puesta en marcha del negocio (capital arranque). En cambio, invierte en empresas consolidadas o en fase de crecimiento y por lo tanto tiene un riesgo menor.
Con esta inversión, los fondos de Private Equity suelen adquirir el control mayoritario de una empresa. Al contrario del capital semilla, donde los inversores financian empresas jóvenes, en crecimiento o emergentes, y rara vez obtienen el control mayoritario.
En cuanto a sus fondos de inversión, un fondo de Private Equity, por lo regular, está integrado por una entidad solvente, y suelen ser sociedades limitadas. Según sus inversores, también pueden ser tradicionales (donde los inversores invierten con plazos iguales) o asimétricos (los inversores disponen de plazos diferentes).
Aunque el Private Equity suele conocerse también como capital privado, no son exactamente lo mismo. Pues el capital privado se refiere, a su vez, al Venture Capital, que ciertamente es más riesgoso que el Private Equity.
Por su parte, el Private Equity tiene sus propias clasificaciones, acá profundizamos un poco sobre ellas:
Este tipo de financiamiento se le otorga a empresas relativamente maduras. Te puede ser útil si necesitas capital para expandir o reestructurar operaciones, ingresar a nuevos mercados, financiar una adquisición importante o iniciar un nuevo ciclo de vida. Al igual que para reducir la cantidad de apalancamiento (o deuda) que la empresa tiene.
La mayoría de veces es solicitado por empresas no escalables y que no llaman la atención de grandes inversionistas. Por tanto, el propietario principal de la empresa prefiere vender parte de esta a un fondo de Private Equity, en donde pueda sacar algo de valor y compartir el riesgo de crecimiento con los socios.
Son aquellas donde un inversionista compra parte de la empresa sin comprometer todo el capital necesario para la adquisición. Para hacer esto, el patrocinador financiero genera una deuda de adquisición que busca los flujos de efectivo del objetivo de adquisición, para realizar pagos de intereses y capital. Si optas por este tipo de Private Equity, debes saber que este apalancamiento de la estructura de financiamiento beneficiará a tu patrocinador financiero de dos maneras:
Esta clase de Private Equity sustituye en parte al accionario actual por otro. Es muy común en empresas familiares que lo hacen por cuestiones sucesorales, o cuando una empresa grande requiere de una operación de desinversión en algún activo importante o unidad de negocio.
Este tipo de inversión se realiza en empresas que requieren de fondos para poner en marcha un plan de reestructuración, es decir si la empresa no termina de despegar se busca un nuevo plan de negocios. Aquí entra en juego la inversión de los fondos de capital privado.
Esta categoría de inversión se refiere a situaciones difíciles o especiales, a inversiones en valores de renta variable o de deuda de empresas con dificultades financieras. Se divide, a su vez, en dos subcategorías:
Se refiere a una forma de inversión de capital de crecimiento realizada en una empresa que cotiza en bolsa. Estas inversiones generalmente se realizan en forma de un valor preferente o convertible, que no está registrado durante un cierto período de tiempo.
Es un tipo de financiación común utilizado para el capital de crecimiento. Un directo registrado es similar a un PIPE, pero en cambio se vende como un valor registrado.
El capital intermedio es utilizado por empresas pequeñas que no pueden acceder al mercado de alto rendimiento. Esto permite pedir prestado capital adicional más allá de los niveles que los prestamistas tradicionales están dispuestos a proporcionar mediante préstamos bancarios. En compensación por el aumento del riesgo, los tenedores de deuda requieren un mayor rendimiento de su inversión que los prestamistas garantizados.
Tanto el Venture Capital como el Private Equity son subcategorías amplias del capital privado. Sin embargo se diferencian en los siguientes puntos:
Ya te contamos qué función tiene el Private Equity en los fondos de capital privado y qué tipo de financiamiento requieres de acuerdo con el desarrollo de tu proyecto. Ahora te contamos los pros y contras para que los tengas en cuenta a la hora de buscar este tipo de inversión:
Cinco de las seis empresas con mayor valor bursátil como Apple, Alphabet, Microsoft, Amazon y Facebook recibieron en algún momento de su historia inversión de la industria de Private Equity. Esta fuente de financiamiento ha alcanzado rápidamente el mercado latinoamericano y, hoy por hoy, México tiene el segundo mercado de Private Equity más grande de América Latina, después de Brasil, en lo que respecta al número de inversiones y capital invertido en total. Colombia también está en la la lista con los mayores emprendimientos financiados con esta clase de capital. A continuación, te contamos cuáles son algunos de estos emprendimientos:
PrimeStone ha diseñado software y hardware por más de 25 años. Aunque su estructura financiera era estable, la necesidad de desarrollar y mejorar productos, fortalecer la estructura organizacional e incrementar su presencia internacional requería de recursos importantes. Por ello, en 2013 la empresa cerró una negociación con el Fondo Progresa Capital, que les inyectó recursos para proseguir su expansión en el sector de la tecnología.
Easy Solutions nació en 2002 con los ingenieros Ricardo Villadiego, Julián Argüelles y Silvia López. Y ya en el 2015 proveía tecnologías antifraude en Estados Unidos y otros países. Sus ingresos crecen a más de 150% anual. Esta expansión fue posible con el apoyo financiero de terceros. En 2007, la empresa participó en la primera ronda en el país que les permitió recibir US$3,2 millones de parte del Fondo Promotora. En 2010, Medina Capital les inyectó US$11 millones, recursos que les permitió llegar a mercados en otras latitudes.
Mi Águila es un servicio de transporte corporativo. Se puede ordenar de dos formas: a través de una aplicación móvil o desde una página web, que generan reportes de costos y control de todos los viajes. Fue desarrollada por los hermanos Fernán y Bruno Ocampo, con experiencia en la Bolsa de Valores de Nueva York. Aunque en un principio este emprendimiento apareció como una app de carro compartido, el modelo evolucionó con el apoyo de sus socios Andrés Becker, Andrew Fletcher y Andrés Blumer. Ahora es un servicio muy confiable para las compañías. Por ello, ha recibido cerca de US$1 millón de fondos de capital extranjero como el de Peter Kellner, cofundador de Endeavor, y Formation 8, firma que opera desde Silicon Valley.
Ser capaz de asegurar el financiamiento es fundamental para cualquier negocio, ya sea una empresa emergente que busque capital semilla o de arranque (Venture Capital), o una empresa de tamaño medio que necesite más efectivo para expandirse y conquistar nuevos mercados (Private Equity).
Si como emprendedor acudes a un fondo de capital privado, no solo sumas a un socio capitalista, también a una persona con más experiencia y que puede aportar mucho conocimiento a tu empresa o proyecto. Por ello, es necesario conocer todos los esquemas de financiación y tomar el camino correcto.
Sin un apoyo financiero, la velocidad de crecimiento de muchos proyectos no es posible. Sin embargo, dicho por muchos emprendedores, los fondos de inversión también son lentos a veces en la toma de decisiones a la hora de invertir. Lo que puede representar un obstáculo, dado que los nuevos negocios evolucionan de un día para otro.