El líder es una figura que tiene la responsabilidad de guiar, motivar y trazar metas para que el equipo pueda cumplir con las exigencias de la empresa u organización. En ese sentido, los líderes deben tener claridad sobre lo que esperan, pero también acerca de cuáles son sus habilidades y limitaciones. Y, evidentemente, tienen que saber cuál es su tipo de liderazgo. Por ejemplo, con el liderazgo transaccional puedes trabajar en crear una estrategia de dirección de equipos.
Este tipo de liderazgo ha sido ampliamente estudiado y utilizado en diversas organizaciones y contextos a lo largo de la historia. En especial, porque sirve como una alternativa al liderazgo tradicional. Por ello, hoy en Coworkingfy explicaremos los conceptos claves del liderazgo transaccional, sus ventajas y cómo puede ser utilizado para mejorar la efectividad del liderazgo en las empresas. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
El liderazgo transaccional es una forma de liderar que se basa en la relación entre el líder y el seguidor. De esta manera, el líder ofrece recompensas a cambio de un comportamiento deseado y aplica castigos cuando el comportamiento no es el esperado. No desafía el status quo, sino que ayuda a consérvalo y, en algunos casos, reafirma las jerarquías dentro de una empresa.
Se trata de conseguir que un empleado haga lo que el líder necesita que haga. Así que se puede decir que es un estilo de liderazgo que se basa en el intercambio de valor entre los líderes y sus empleados.
Los líderes transaccionales suelen ser más autoritarios y enfocados en resultados, ya que se espera que los seguidores sigan las reglas y cumplan con sus deberes y responsabilidades. De esta manera, el liderazgo transaccional es más adecuado para situaciones en las que es necesario un alto grado de control y en las que se requiere que los seguidores cumplan con tareas específicas y alcancen objetivos concretos.
Esto es ventajoso, porque permite que los empleados se mantengan motivados e interesados de seguir con sus tareas a cambio de una recompensa. Es ideal si trabajas en una empresa de trabajo repetitivo, donde los empleados pueden sentirse exhaustos de hacer lo mismo todos los días. Sin embargo, uno de sus puntos en contra es que puede ser menos efectivo en situaciones más complejas o en las que se requiera un mayor grado de creatividad.
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La principal importancia del liderazgo transaccional radica en que contribuye a que todos los empleados tengan claridad sobre los objetivos que se quieren alcanzar. De esta forma, saben exactamente a qué se enfrentan y muestran una actitud mucho más resolutiva y participativa. Esto será una habilidad altamente valorada en entornos que requieran un alto grado de rendimiento.
Asimismo, el liderazgo transaccional puede ayudarle a que sus empleados sean más productivos. Si ellos sienten que se les paga justamente y se les trata bien, es más probable que den lo mejor de sí mismos. Además, el liderazgo transaccional le permite establecer relaciones sólidas con sus empleados, lo que puede mejorar la comunicación y el ambiente de trabajo en general.
De igual manera, este tipo de liderazgo puede ser controversial porque se puede entender como una manera egoísta de liderar. Sin embargo, si se aplica con responsabilidad, el liderazgo transaccional puede llegar a ser un acto de relacionarse con los empleados a nivel personal, entablando conversaciones y haciendo preguntas. Se trata de establecer relaciones, estar abierto a las opiniones y ser capaz de trabajar con personas que no siempre están de acuerdo contigo.
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El economista James MacGregor Burns, en el año 1978, agrupó el liderazgo en dos grandes bloques: el liderazgo transaccional y transformacional. Y, a pesar de que cada uno tiene sus particularidades pueden llegar a ser confundidos. En ese sentido, el liderazgo transaccional se centra en la relación entre el líder y el seguidor así como en los resultados obtenidos, mientras que el liderazgo transformacional está enfocado en inspirar y motivar a los seguidores a alcanzar metas más ambiciosas y, en algunos casos, idealistas.
Por otro lado, los líderes transformacionales suelen ser más participativos y proactivos y fomentan la comunicación abierta y el diálogo con los seguidores. En el liderazgo transaccional la comunicación es mucho más directa, aunque no carente de emociones.
Otra diferencia es que el liderazgo transaccional puede ser efectivo a corto plazo para alcanzar objetivos específicos. Sin embargo, el liderazgo transformacional puede llegar a ser más duradero en términos de desarrollo del equipo y capacidad para adaptarse a los cambios.
Algo que también vale la pena mencionar es que el líder transformacional busca el bienestar colectivo y, en contraste, el líder transaccional piensa en el beneficio individual. Sin embargo, el hablar de liderazgo transaccional vs. transformacional no quiere decir que uno sea mejor que el otro, sino que son dos tipos de liderazgo que se basan en enfoques y objetivos diferentes y pueden ser más o menos adecuados en diferentes contextos.
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¿Sabías que en McDonalds, la popular cadena de comida rápida, operan bajo el liderazgo transaccional? Los trabajadores hacen tareas repetitivas y son recompensados como empleados del mes cuando cumplen con las expectativas. ¡Es uno de los mejores ejemplos de liderazgo transaccional!
Se dice que Julio César, político y militar romano del siglo I a. C., fue uno de los grandes líderes transaccionales. De acuerdo con la historia, él empleaba un sistema de recompensa y castigo. Es decir, si sus tropas tenían un buen desempeño en batalla recibían beneficios extras, pero si fallaban las consecuencias eran severas. Con esto, lograba el control, aseguraba los éxitos y mantenía la motivación.
Winston Churchill fue el Primer Ministro del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. Usó el liderazgo transaccional para motivar a todos a luchar contra el régimen nazi. De hecho, en muchos de sus discursos se puede notar cómo elogiaba a los que luchaban con valentía y reprendía a los que no habían tenido un buen desempeño.
El liderazgo transaccional puede aportar claridad a los equipos, sin embargo, se recomienda emplearlo con mesura y estudiar bien si realmente puede ser efectivo para tu tipo de empresa. ¿Ya conocías este estilo de liderazgo? Déjanos un comentario.