Si sueles manejar grandes cantidades de información, debes saber que los mapas mentales son grandes aliados a la hora de organizar los datos y presentarlos de forma más dinámica, atractiva y comprensible. Esta herramienta, considerada además un tipo de lluvia de ideas, es útil para ordenar tanto datos personales como en la gestión de equipos de trabajo. ¿Quieres aprovechar todas las ventajas de esta especie de brainstorming? En Coworkingfy te explicamos cómo hacer un mapa mental.
Los mapas mentales son herramientas útiles para organizar y representar gráficamente ideas complejas. Su visualización atractiva y la forma cómo separa los temas hace que estos puedan comprenderse más fácilmente. El valor del mapa mental radica, precisamente, en la distribución de los datos, de acuerdo con su jerarquía. Esto define su organización. Acá te mostramos cómo elaborar un mapa mental y cuál debe ser su estructura:
Como te decíamos, la estructura de los mapas mentales es jerárquica. Es decir, el tema es planteado a partir de la idea principal y más global, y se desglosa en ideas secundarias. Existen distintos tipos de mapas mentales, y la disposición de los datos dependerá de cada clase de mapa. Sin embargo, todos tienen en común el orden de las ideas. Por lo tanto, el tema de primer orden, o tema principal, será el que tenga mayor preponderancia dentro del esquema gráfico. Se ubica en el centro o en el tope del mapa (según el tipo de mapa), y suele servir también como título. Debe ser llamativo, para que sea lo primero que se perciba.
Los temas de segundo orden son las ideas secundarias que surgen a partir de la primera idea. Si quieres saber cómo se realiza un mapa mental, debes saber que estos datos derivan directamente de la idea principal, por ello son las segundas que se representan en el mapa. Son similares a los capítulos de un libro, y dan pie para que el tema en discusión se expanda. A partir de ellas surgirán el resto de los elementos.
A partir de los temas de segundo orden surgirán ideas, otras características y más datos sobre el tema principal. Estos son denominados temas de tercer orden. Estas ideas, que se ramifican a partir de las ideas secundarias, aportan información adicional cobre el tema. Suelen incorporar detalles más específicos al mapa mental. De acuerdo con el tipo de mapa mental que selecciones, podrás establecer o no conexiones entre distintos temas de tercer orden. Existen también temas de cuarto y quinto orden, que surgen a partir de estos.
Ya sabes qué es un mapa mental y cuál es su estructura. Aquí te contamos cuáles son los elementos que no deben faltar en esta herramienta gráfica:
Es el tema que vamos a representar en el mapa mental. Debe estar representado con un dibujo y una palabra clave, y se ubicará en el centro del mapa o en el tope. Tiene que ser, evidentemente, más llamativo que el resto del mapa. Al leer el asunto central debe quedarnos claro cuál es el tema que se expone.
Son las palabras o frases que acompañarán a los dibujos en el mapa mental, tanto en el asunto central como en las ideas secundarias.
Las agrupaciones son las ideas que surgen a partir del asunto principal. Estas tienen relación directa con el tema central, por lo que derivan de este. Se denominan agrupaciones porque cada una representa una especie de capítulo en el mapa mental. La forma cómo se conectan al asunto central dependerá del tipo de mapa mental seleccionado.
Son las líneas que unen las distintas partes del mapa mental: el asunto central con las agrupaciones, y a las agrupaciones con sus derivados. Son la conexión entre los temas de primer, segundo y tercer orden. Sin embargo, su uso depende del tipo de mapa mental seleccionado, pues algunos varían en su estructura.
Son todos los dibujos que integran el mapa mental. Por su naturaleza creativa y visualmente atractiva, el uso de esta herramienta contribuye con un mejor entendimiento sobre un asunto. También nos ayuda a memorizar mejor las características del tema planteado. Por ello, el uso de imágenes es tan importante en un mapa mental, pues nuestro cerebro recordará más fácilmente los dibujos o símbolos que haya visto. Esto, le ayudará a nuestra mente a recordar el resto de las características del tema.
¿Quieres aprovechar todas las ventajas que te ofrece el uso de mapas mentales? Ahora que conoces su estructura y elementos, te contamos cómo elaborar un mapa mental paso a paso:
Lo primero que debes hacer si decides elaborar un mapa mental es seleccionar de qué tema hablarás. Este es el asunto central, y estará representado con un dibujo y una palabra clave. Ubica el asunto central en el centro o tope de tu hoja.
Como te contábamos, las agrupaciones son los temas de orden secundario del mapa mental. Una vez escojas el tema principal, selecciona las ideas secundarias a través de las cuales desarrollarás el asunto central. Estas hacen la función de pequeños capítulos, que se seguirán desarrollando. Deben ubicarse alrededor del asunto central. Lo ideal es que cada una esté identificada con un color distinto, y que tengan un dibujo alusivo.
En este paso entran en el juego las ramas o ligas. Con estas líneas deberás unir las ideas secundarias con la idea principal, y las secundarias con sus derivados. Es importante que las ramificaciones tengan colores distintos (por cada agrupación). También es recomendable hacer líneas curvas y no rectas.
Cuando desarrolles los temas de primer y segundo orden, podrás continuar desarrollando el tema a través de sus derivados. Las ideas de tercer orden surgirán de las segundas, las cuartas de las terceras, y así sucesivamente. En un mapa mental tienes libertad para desarrollar el tema tanto como desees, siempre que sea comprensible. Puedes disponer de las ideas en el sentido de las agujas del reloj. Sin embargo, esto dependerá del tipo de mapa mental que selecciones.
Además de cumplir con una estructura idónea, que explique bien el tema que desees desarrollar, es importante que seas muy creativo a la hora de elaborar un mapa mental. Utiliza todos los colores y dibujos que puedas, y no redactes frases largas que sean imposibles de memorizar. Verás que será más fácil de comprender si es atractivo visualmente y si está bien organizado.
Los mapas mentales son herramientas muy útiles para presentar y visualizar información. Si tenemos temas complejos o con muchísimos datos, organizarlos de esta manera puede contribuir con una mayor y más fácil comprensión. Su uso es apropiado tanto para situaciones personales como para el manejo de equipo de trabajo, pues es una de las mejores maneras de registrar los resultados de una lluvia de ideas.
Así que no temas y atrévete a elaborar mapas mentales. Si ya conoces su estructura, elementos, tipos y la diferencia entre un mapa mental y un mapa conceptual, lo único que falta es que pongas manos a la obra.
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