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Procrastinar | Qué es, tipos y una guía para evitar la procrastinación ¡A por ello!

Si alguna vez (o muchas) te han asignado una tarea, y cada vez que decides hacerla sientes que no es el momento de empezar y decides hacer otra cosa ¿Sabes que eso significa procrastinar?. Posponer, postergar, dejar tu tarea para más tarde… sabemos que es difícil superar la procrastinación. Por ello, en Coworkingfy te contamos qué es procrastinar y te decimos cómo evitarlo.

¿Qué es procrastinar?

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Muchos autores han definido el concepto de procrastinar. Para Timothy A. Pychyl, psicólogo científico y opositor de la procrastinación, procrastinar es «el retraso voluntario de una acción planeada con la expectativa de un posible resultado peor». Mientras, el diccionario Merriam-Webster lo define como «posponer intencionalmente algo que debería llevarse a cabo». Entonces, de acuerdo con estos conceptos, la procrastinación es una conducta negativa y deliberada que consiste en postergar una tarea pendiente.

Pero ¿es siempre negativa? Algunos estudios científicos han comprobado que, si bien, procrastinar puede generar importantes cargas de estrés, en algunos casos puede también fomentar la creatividad en los últimos minutos. También podría ser positiva a la hora de tomar decisiones. No obstante, no todas las personas son capaces de gestionar el retraso a su favor.

Si eres de aquellos que necesitan herramientas para ordenar sus ideas y no caer en esta conducta, te recomendamos el uso de mapas mentales. Aprender cómo hacer un mapa mental podría ayudarte a organizarte y ser más eficiente en la realización de tus labores.

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Sinónimo de procrastinar

Aplazar, posponer, diferir… todas las palabras que se refieran a la postergación de una acción, deber o decisión son sinónimos de procrastinar. Suele ocurrir, además, que cuando lo haces tu cerebro se vuelve (o parece volverse) productivo en otras pequeñas tareas.

Lamentamos decirte que está engañándote. Un estudio realizado en la universidad de Yale descubrió que tu cerebro intenta simular trabajo productivo, llenando tu tiempo con otras acciones pequeñas y fáciles, que también tienes pendientes. Esto hace que te sientas eficiente aunque no estés avanzando en lo que realmente debes hacer.

Antónimo de procrastinar

Avanzar, adelantar y preceder son antónimos de procrastinar. Esto puede hacer la diferencia entre un procrastinador y una persona más productiva. Sin embargo, si eres de los que siente que el trabajo bajo presión, en lugar de perjudicarte, te estimulan, no estás solo. Existen dos tipos de procrastinadores. Aquí te contamos más.

Tipos de procrastinación

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Algunas personas se retrasan y se vuelven menos eficientes procrastinando. Otras, al contrario, se vuelven más creativas. Esto se debe a que existen dos tipos de procrastinación. ¿A cuál de las dos perteneces? Aquí te contamos más:

Procrastinación activa

Si eres de aquellas personas que trabajan mejor cuando están bajo presión, sientes que tu creatividad fluye mejor en los últimos minutos y por ello te retrasas de forma consciente, entonces eres un procrastinador activo. Este concepto fue definido por los investigadores Angela Hsin Chun Chu y Jin Nam Choi, quienes establecieron distinciones claras entre quienes obtienen beneficios con esta acción y quienes no.

Sus estudios comprobaron también que los procrastinadores activos pueden cosechar los mismos beneficios que los no-procrastinadores.

Procrastinación pasiva

Si por el contrario, eres de aquellos que se paralizan cuando tienen una tarea asignada, si la indecisión o distracción no te permite terminar tu trabajo a tiempo, entonces eres un procrastinador pasivo. Esta conducta de auto sabotaje puede ser bastante perjudicial para tu productividad.

Si no eres procrastinador, pero has notado esta conducta en tu entorno laboral, puedes probar estas formas efectivas para lograr la motivación del equipo de trabajo.

Ejemplos de procrastinación

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La procrastinación suele responder a diversos factores. Te contamos cuáles son los ejemplos más frecuentes:

Por el grado de dificultad

Si dominas muy bien ciertos aspectos de un tema, pero por la falta de destreza en otros decides aplazar una y otra vez una tarea, estás procrastinando por el grado de dificultad. Capacitarte o buscar expertos que te ayuden puede solucionar tu retraso.

Por tediosa o aburrida

Suele pasar que si tenemos asignada una tarea que nos aburre, dejaremos pasar el tiempo para hacerla luego. Esto puede ser muy negativo, pues acumulará las actividades hasta que ya no tengas otra opción, y tal vez ya sea tarde. Plantéate un tiempo puntual para hacerlas y seguro terminarás más rápido.

Cuando trabajas desde casa

Trabajar desde casa tiene sus pros y contras. Si bien, puedes estar más cómodo, también tienes un montón de distracciones que pueden alejarte de tu objetivo. La disciplina es fundamental para contrarrestar esta situación.

Por temor al fracaso

Quieres muchísimo dictar esa conferencia, pero temes que a nadie le guste… Te gusta mucho el fútbol, pero te da terror no jugar bien y que se burlen de ti. El temor al fracaso puede hacer que retrasemos ciertas actividades sin justificación. ¡No te dejes llevar por el miedo e inténtalo! Y ten en cuenta que todos fallamos a veces, y siempre existen segundas oportunidades.

¿Cómo dejar de procrastinar?

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Sabemos que procrastinar puedes ser muy frustrante, pero existen diversas maneras de superarlo. Acá te contamos cómo evitar la procrastinación:

Visualiza las ventajas

Si tu plan es terminar el trabajo a tiempo para descansar el fin de semana, pero es miércoles y no has comenzado, puedes tratar de visualizarte en un futuro cercano para motivarte. Diversos estudios apuntan que pensar en lo que harás en tu tiempo libre, si terminas tus tareas pendientes a tiempo, puede ser el impulso que necesitas para empezar. Estudiar los pros y contras de una situación hace que la recompensa sea más tangible y, por lo tanto, más estimulante.

Plantea pequeñas metas

Un gran proyecto y todo lo que necesitas para emprenderlo puede ser agobiante e intimidante. ¿Por qué no dividirlo entonces en pequeñas metas? Si trazas objetivos más pequeños y sencillos, todos en pro del objetivo final, seguro será menos complicado llevarlos a cabo. Además, la culminación de uno de tus pequeños objetivos puede motivarte a llevar a cabo el siguiente. También puede ayudarte mucho identificar cuál es el primer paso de esta tarea que tanto te estresa. Al hacerlo, podrás ver con más claridad qué tan difícil es.

Fija fechas promedio de entrega

Si quieres evitar la procrastinación, establecer fechas de entrega puede ser positivo. Si ya sabes qué día exacto debes tener lista una de tus pequeñas metas, podrás organizar mejor tu tiempo, para no retrasar la sigueinte.

Comprométete públicamente

Si asumir compromisos personales no está siendo de mucha ayuda, hacerlo públicamente podría ayudarte a dejar de procrastinar. Una investigación del Instituto Nacional de Ciencias Fisiológicas de Japón reveló que establecer acuerdos con otros, o comprometerse en público, puede contribuir con la realización de ciertas tareas que tratamos de evadir. ¿Por qué? Porque intentaremos no fallarle a otras personas. El beneficio social que nos da el reconocimiento por la tarea cumplida puede estimularnos a realizarla sin retrasarnos. De hecho, el reconocimiento es parte de las técnicas de motivación laboral.

Premia tu esfuerzo

Los refuerzos positivos pueden obtener grandes resultados. Si estableces una pequeña recompensa personal por cada paso que des hacia la culminación de tu tarea, es probable que te sientas más motivado. ¿Te comprarás ese café que tanto te gusta si te atreves a comenzar ese proyecto que tienes una semana evadiendo? Seguro eso te anima a empezar. Y, una vez que comienzas, el resto de los pasos a seguir son más sencillos.

Evalúa tu nivel de resistencia y descansa

¿Planificaste una jornada de dos horas para continuar tus tareas pendientes, pero solo pensar en el tiempo que pasarás haciéndolo te agobia? Entonces sé amable con tu nivel de resistencia y disminuye el lapso que dedicarás a tu proyecto. Si te sientes capaz de avanzar una hora y no dos, entonces es mejor que reorganices tu tiempo. Será menos abrumador y, por lo tanto, estarás más motivado.

Hacer todo el trabajo en una larga y exhaustiva sesión, no es lo mejor. Diversos estudios científicos han comprobado que es más beneficioso para nuestro cerebro establecer sesiones de trabajo que se alternen con períodos de descanso. Así, avanzas en tu tarea sin sobrecargar a tu cerebro. Liberar estrés unos minutos puede darte un nuevo impulso para continuar menos agotado.

Adiós distracciones

¿Eres de los que procrastina viendo sus redes sociales? Entonces es hora de que te desconectes. Sí, sabemos que ver actualizaciones del estado de WhatsApp o las historias de tus amigos en Instagram puede ser muy entretenido, pero esto no te ayudará a proseguir con tu tarea. Si no tienes fuerza de voluntad para hacerlo solo, puedes recurrir a aplicaciones que limitan tu acceso a ciertas páginas o redes.

Palabras finales

Procrastinar es una de las acciones más comunes en el ámbito personal y laboral. Y, aunque no sea siempre positiva, no debes juzgarte si a veces te cuesta demasiado concentrarte. Existen diversos factores que pueden promover la procrastinación, pero también muchas técnicas para evitar retrasarte.

También, sin duda, hay algunas personas a quienes les funciona más trabajar bajo presión. Pero no todos somos iguales, así que no te frustres por esto. Lo más importante es que consigas culminar tus tareas de forma exitosa, sin agotar mucho a tu cerebro y quedando complacido con el resultado final.

¡Cuéntanos!, ¿qué haces tú para evitar la procrastinación?

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