¿Eres experto en procrastinar? ¿No sabes cómo planificar tu tiempo? No estás solo. Mantener la concentración en tus labores puede ser realmente complicado, sobre todo si eres freelancer y trabajas en remoto. Si quieres saber cómo ser productivo en casa (o en la oficina o en tu espacio de coworking), este artículo te interesa. Te contaremos en qué consiste el método GTD y cómo puede ayudarte en la gestión del tiempo.
La técnica GTD, o metodología Getting Things Done, es una estrategia para gestión del tiempo creada por David Allen, un consultor estadounidense especialista en productividad laboral. Allen comenzó a aplicar sus ideas en los años 80, pero fue hasta 2001 que publicó su libro Organízate con eficacia, donde explica cómo aplicar el método GTD.
Este consiste en exteriorizar y enumerar todas las tareas pendientes, organizarlas y comenzar a ejecutarlas de acuerdo con su grado de complejidad y el tiempo que tengas que invertir en cada una. ¿El objetivo? Concentrarnos mejor en cada asignación pendiente. Así, en la medida en la que vamos quitando tareas de nuestra lista, nos quitamos también preocupaciones de encima, que usualmente no nos permiten enfocarnos. Con menos estrés, tendremos mayor control.
Allen plantea la siguiente interrogante: «¿Cuántas veces nuestra memoria nos ha recordado algo en algún momento en el que no podíamos hacer nada al respecto? ¿Y cuántas veces nuestra memoria no nos recuerda algo cuando sí podemos o debemos hacerlo?» Por ello propone un sistema de organización de tareas externo a nuestra memoria, que hará más sencillo acordarnos de las labores pendientes en el momento que tenemos que acordarnos. Así, nuestra mente puede estar tranquila sabiendo que no se le escapa nada.
El método GTD se basa en un elemento clave: el control de nuestras tareas pendientes. Para conseguirlo te mostramos cuáles son los 5 pasos que debes seguir.
Este paso consiste en exteriorizar y reunir todas las ideas que tienes en tu cabeza. ¿Cómo? Puedes anotarlas en una libreta, hacer un lista digital, en archivos de audio… Lo importante es que dejen de estar solo en tu mente, y que puedas tener registro de cada una de ellas, para controlar mejor de qué manera las ejecutarás. Por pequeña que sea, si mantienes muchas tareas solo en tu cabeza, estas pueden llegar a agobiarte lo suficiente como para que pierdas el enfoque. El estrés que genera no tener claro qué debemos hacer puede ser muy perjudicial para tu productividad.
En esta etapa, las tareas enumeradas se convierten en acciones. ¿Cómo? Analizando si requieren una acción inmediata, si pueden delegarse o diferirse, o si puedes suprimirlas.
Para ello deberás preguntarte lo siguiente con cada tarea anotada en tu lista:
Al preguntarte qué es, podrás determinar si tu tarea es un proyecto a mediano o largo plazo o si es una tarea sencilla e, inmediatamente, podrás decidir qué acciones requiere. ¿Requiere o no alguna acción concreta? Si la respuesta es no, se abren tres posibilidades:
Si tu tarea pendiente requiere una acción, el método GTD te propone clasificarla de tres maneras:
Una vez realizada la etapa de clarificación o procesamiento de las tareas capturadas, podrás organizarlas en alguna de las siguientes listas:
En esta etapa del método GTD debes revisar el cumplimiento de tus tareas y si la forma en que están organizadas es la correcta. Lo recomendable es que lo hagas una vez por semana, para detectar las fallas rápidamente. Hacerlo te garantiza el funcionamiento más óptimo de esta técnica. Para Allen, «cuánto más completo sea tu sistema de gestión del tiempo, más confiarás en él; y cuanto más confíes en él, mayor será tu motivación para mantenerlo».
Después de capturar, clarificar, organizar y reflexionar sobre tus tareas, sigue el paso más importante: hacerlas. ¿Cómo decidir qué hacer primero? Puedes tomar en cuenta los siguientes criterios:
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¿Quieres aplicar el método GTD en tu vida, pero necesitas ayuda y orientación? Entonces te vendría bien instalar en tu teléfono o computador alguna de las siguientes aplicaciones:
Aunque es conocida por funcionar como una lista de tareas sencilla, Todoist puede servir para mucho más. Con esta aplicación puedes agregar etiquetas a cada tarea, añadirle un código de color según su prioridad, organizarlas con filtros dinámicos, establecer recordatorios y fechas de vencimiento. También puedes usarla en grupo, y compartir las asignaciones con más personas. Es gratuita y puedes instalarla en cualquier dispositivo.
Con esta app puedes separar tus tareas por proyectos, agregar descripciones, subtareas, comentarios y hasta un ícono que te muestre el avance de la asignación. Cuenta con un buzón de entrada, sistema de archivado, lista de tareas pendientes y calendario, ajustados al método GTD. Sin embargo, solo puede instalarse en Mac o IOS, por lo que su accesabilidad es limitada.
Trello es conocida por ser usada en equipos de trabajo que requieren hacer seguimiento del cumplimiento de tareas. Por su versatilidad, puede ser usada también para aplicar la técnica GTD. ¿Cómo? Puedes crear las diferentes listas que necesitas para organizar tus tareas y evaluar su avance y desarrollo. Además, te ofrece la oportunidad de apreciar de forma más completa tus asignaciones pendientes.
Esta es una de las apps más utilizadas por quienes aplican el método GTD, pues posee funciones que no tiene otra aplicación. 2Do no se enfoca en las fechas de vencimiento. En cambio, te permite decidir cómo deseas trabajar y en qué quieres centrarte. Incluye dos barras laterales que separa proyectos y etiquetas. Así, puedes examinar rápidamente tus tareas y encontrar lo que tienes que hacer. Es gratuita para su uso en celulares.
Esta aplicación para gestión del tiempo es conocida por su adaptabilidad. Puedes sincronizarla con Evernote, Dropbox o Google Calendar, lo que expande sus funciones y alcance. Te ofrece la oportunidad de organizar tus tareas o proyectos por prioridad. También puedes usarla en grupo, delegar las tareas a otros y dejarles comentarios breves sobre la asignación.
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De la gestión del tiempo depende, en gran proporción, tu productividad. Pero no es un secreto que hacerlo puede ser una tarea complicada. La metodología Getting Things Done no solo te ayuda a organizarte mejor, también te ofrece la oportunidad de aprender a mantener el control permanente sobre tus asignaciones.
A través de cinco sencillos pasos, puedes comenzar a avanzar en la culminación de tareas que parecían imposibles de hacer. Y no solo por su complejidad, sino por su cantidad. En ocasiones, pequeños pendientes llenan nuestras mentes o agendas y nos agobian. Resolver rápidamente los que se pueden resolver rápido, y darle tiempo a aquellos que lo requieren, pueden contribuir con la disminución del estrés que nos provocan las largas listas de tareas. Así, tendremos tiempo y motivación para enfocarnos en lo verdaderamente importante.
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