En los tiempos que corren ya casi no se concibe esa manera de trabajar en la que se establece un método de ordeno y cumplo. Modelos como el coworking o el coliving han echado por tierra los tradicionales estilos jerárquicos. Han establecido un orden de trabajo en el que la interacción entre los individuos desempeña un papel fundamental. Esas nuevas ideas están acompañadas y complementadas por la economía colaborativa.
Sobre economía colaborativa se empezó a hablar desde el 2010. Aún es muy pronto para saber el alcance total de este nuevo modelo, pero su excelente acogida y sus notables éxitos ya son un hecho.
Hoy día, puedes ir de vacaciones al sitio de tu preferencia, ese que siempre has soñado con visitar, y ser hospedado en casa de una de las familias locales. ¿Cómo es esto posible? Pues a través de la economía colaborativa. Si nos acompañas unos minutos más puedes tener más información sobre esta nueva manera de hacer transacciones.
Lo más importante en este nuevo estilo no es obtener beneficios económicos, sino satisfacer necesidades específicas. No se trata de producir por producir. Por el contrario, es estudiar y conocer un grupo de necesidades individuales y las maneras de compensarlas. Es rentar, dejar en préstamo, comprar, vender determinados bienes o servicios teniendo en cuenta solo necesidades particulares.
Ahora bien, cuando hablamos de economía colaborativa, no solo nos referimos al intercambio de dinero. Los servicios, por ejemplo, también se pueden canjear. De ese modo, puedes viajar en el auto de alguien a cambio de unas clases de baile, o de cualquier otro servicio que esa persona necesite y tu tengas la capacidad de brindarle.
La economía colaborativa, es, como indica su nombre, un modelo centrado en la cooperación. Facilita a los usuarios el acceso a los servicios. Al mismo tiempo, permite tener experiencias nuevas que no se encuentran sujetas a las reglas de la economía convencional.
¿Cómo se llevan a cabo estos intercambios? Las plataformas online son los mecanismos más utilizados. A través de ellas las transacciones se hacen más sencillas y tienen mayor alcance.
¿Quieres conocer más a fondo en que consiste la economía colaborativa o compartida, como también se le conoce? Lee detenidamente sus principales características.
La economía colaborativa se hace preguntas de este tipo:
Y es que de eso se trata la economía colaborativa. Compartir bienes que aparentemente no tienen ninguna función. Lo que para ti ha perdido razón de ser, por ejemplo, una cama, para otros puede ser la oportunidad de tener un hospedaje en una ciudad que siempre han querido visitar.
Por supuesto que utilizando dinero puedes alquilar un carro o una habitación. Sin embargo, en la economía colaborativa esta no es tu única opción. Existen páginas web en las que puedes intercambiar determinado servicio por otro. Incluso, en ocasiones lo único que es imponte canjear es el elemento cultural.
El papel que se desempeña dentro de la economía colaborativa no es fijo. Por el contrario, el rol de las personas en este sistema es dinámico. Un mismo individuo puede actuar como cliente y proveedor en la misma transacción, si lo que se está intercambiando son servicios.
En cualquier tipo de negocio, la reputación juega un papel fundamental para establecer la confianza entre las partes. La economía colaborativa no es una excepción a esta regla. La mejor manera de construir confianza es a través de las valoraciones de los clientes. Tu opinión sobre un determinado servicio puede decidir la suerte de un negocio.
En la economía colaborativa lograr la armonía con los recursos naturales es fundamental. Los individuos y su relación con el planeta son la base de este sistema.
Los recursos que ofrece la economía colaborativa están pensados para reutilizar aquello que había caído en desuso. Su premisa es la sostenibilidad, es decir, reciclar lo que puede usarse nuevamente.
Aunque es un modelo económico muy joven, presenta una gran diversidad. Dentro de lo que hoy llamamos economía colaborativa existen diferentes relaciones que determinan las tipologías de este nuevo estilo.
Se realiza a través de diferentes páginas web que ponen en contacto a diversos usuarios. ¿Cuál es su objetivo? El intercambio de servicios o bienes. ¿Precio? Pues… casi todas las transacciones tienen carácter gratuito.
Las plataformas online que promueven la elaboración y difusión del conocimiento forman parte de la economía colaborativa. Los usuarios que tengan cualquier necesidad de información pueden recurrir a estas plataformas que brindan el conocimiento sin impedimentos administrativos o legales
Esta modalidad goza de gran popularidad. Los préstamos, las donaciones o los microcréditos forman parte de las finanzas colaborativas. Se define por la presencia de un determinado número de usuarios que se une para favorecer a otros. Pongamos como ejemplo los microcréditos. Mediante esta vía se favorece el apoyo a personas emprendedoras, pero con pocos recursos económicos.
Otro ejemplo bien conocido en las finanzas colaborativas es el crowdfunding. ¿Qué es? La promoción de una idea que necesita ser financiada para tener éxito. Aquellas personas que se sientan identificadas con la iniciativa realizan una donación.
¿Por qué es tan popular? Pues porque funciona. Y estos son los motivos:
Gracias a la reutilización de los recursos, los consumidores pueden acceder a precios más baratos de los que ofrecen los modelos tradicionales. Esto permite que los usuarios puedan ahorrar y mejorar su nivel de vida. También posibilita que la economía colaborativa prevalezca en tiempos de crisis.
Hoy dia, con la computadora o el teléfono es muy sencillo acceder a las ofertas de la economía colaborativa. Además, las plataformas que constituyen el soporte de estos sitios digitales son muy fáciles de entender por lo que el acceso a la información está garantizado.
Optimizar recursos y reciclar lo que ya se creía obsoleto es parte fundamental de la economía colaborativa. Lo que se produce y comercializa dentro de este modelo busca estar en perfecta simbiosis con el ecosistema y con los recursos que este ofrece.
Las oportunidades para elegir se abren. Ahora el usuario cuenta con las ofertas de la economía colaborativa más aquellas brindadas por los negocios tradicionales. El consumidor tiene la posibilidad de analizar la relación calidad/precio y seleccionar la oferta que mejor satisfaga sus necesidades.
El funcionamiento de la economía colaborativa está basado en el éxito de personas emprendedoras. Estas tuvieron una vez una idea y fueron capaces de llevarla a cabo. ¿El resultado? Un nuevo negocio necesitado de empleados, inversión de capital e ideas novedosas.
Hay algunos inconvenientes de este modelo económico que debes conocer. Por ejemplo:
Las plataformas de economía colaborativa funcionan, en su mayoría, como meras intermediarias. No ofrecen garantía de la calidad del servicio que se contrata. Tampoco se hacen responsables por el rembolso. Es decir, si no estás satisfecho con el servicio o el artículo recibido, la plataforma a través de la cual lo obtuviste no ofrece garantías de que recibirás de vuelta tu inversión.
Muchas veces las personas que trabajan en el sector de la economía colaborativa son consideradas autónomas. Es decir, ninguna ley del trabajo los ampara. En caso de ser despedidos sin motivo alguno no pueden presentar reclamación. Asimismo, tampoco tienen garantizado un salario mínimo.
La mayoría de las plataformas que ofrecen servicios de economía colaborativa son digitales. Esto quiere decir que el acceso a ellas depende de la capacidad del teléfono o la computadora del usuario y la velocidad del Internet que tengan tanto el proveedor como el consumidor. Si uno de los dos tiene problemas con sus recursos tecnológicos, entonces la interacción entre ellos se verá afectada.
Las valoraciones son vitales en la economía colaborativa. Consumidores y proveedores se encuentran sujetos a lo que sobre ellos se dice. Si se obtienen críticas positivas, los resultados serán magníficos. Por el contrario, las valoraciones negativas pueden traer nefastas consecuencias.
Y no hay de otra. En la economía colaborativa debes construir una buena reputación y luchar por mantenerla.
Muchas de las páginas web de economía colaborativa requieren una amplia información sobre los usuarios. Gustos, características personales, entorno, localización…, a la vista de todos. Un buen ejemplo son las plataformas encargadas de promover alojamiento. Estas requieren que se publiquen fotos de la habitación o apartamento para que todos las puedan ver y valorar.
Existen pruebas tangibles de que la economía colaborativa puede ser todo un éxito. Estos son algunos de los ejemplos más notables dentro de varios sectores.
Es un espacio de trabajo compartido que brinda, por un precio más económico, los servicios (limpieza, electricidad, conexión a internet, etc.) e infraestructuras (salas de reuniones, cocinas, etc.) presentes en una oficina tradicional y, en algunas ocasiones, mucho más. Todo esto es compartido por sus miembros, los cuales solo están sujetos a contratos o membresías flexibles basadas en el pago por uso. Los coworkings deben contar con un community builder que dinamiza, vela por la comunidad y actúa como nexo de unión entre los coworkers. En estos espacios freelancers, emprendedores, nómadas digitales y pymes de diferentes sectores desarrollan sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que fomentan proyectos conjuntos.
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¡Y nos encontramos en la esfera del transporte! Car2Go es una compañía que brinda a las personas carros eléctricos. ¿Cómo funciona? Pues lo tomas en algún punto de la ciudad, pagas un pequeño importe cuando termines de utilizarlo y lo dejas allí. ¡¿Cómo?! Pues sí, lo dejas parqueado y así cuando alguien más lo necesite, lo tomará y efectuará el mismo procedimiento que tú.
Es una empresa que participa de las finanzas colaborativas. Es una plataforma que pone en contacto y posibilita los préstamos entre individuos para financiar proyectos. Los precios que ofrece son mucho mejores que los que oferta el banco.
Es la empresa protagonista de una de las formas de transporte de mayor popularidad en la actualidad. En Uber los conductores son particulares que utilizan sus propios autos para ofrecer un determinado servicio. Para disfrutar sus ventajas solo tienes que usar su aplicación. Reservas un viaje a través de ella y rápidamente recibes una descripción del auto y la hora de su llegada. Una vez terminado el servicio la cantidad requerida se toma de la cuenta del usuario. Ahh y al final no importa si eres el chofer o pasajero, no olvides dejar tu evaluación.
Otro de los más existosos ejemplos de economía colaborativa. Hoy día si quieres viajar a cualquier ciudad del mundo puedes utilizar su página web o aplicación y encontrar una habitación, un hostal o un apartamento en los que hospedarte. En tu búsqueda puedes establecer el rango de precios de tu preferencia. Asimismo, tienes la posibilidad de elegir en qué parte de la ciudad quieres quedarte y las comodidades que deseas tener. Al igual que en Uber, siempre tienes la oportunidad de valorar todas las experiencias vividas en Airbnb. Tanto anfitriones como clientes reciben una evaluación.
Se trata de un estilo de vida revolucionario que combina el sentido de comunidad, la economía colaborativa y la sostenibilidad. El concepto de coliving se basa en compartir vivienda y, a la vez, el espacio de trabajo. Este modelo está inspirado en la filosofía del coworking, y surge como una extensión de este. En su desarrollo acelerado intervienen diversas tendencias: la industria de bienes raíces, los impresionantes cambios en las formas de trabajo y el modo de vida de los millennials. Así, las empresas inmobiliarias comenzaron a ofrecer no solo un espacio de trabajo compartido, sino también un lugar en el que vivir.
Puedes profundizar y ver más ejemplos en: Ejemplos de economía colaborativa | Conoce los mejores y más exitosos
La economía colaborativa es un modelo que, aunque muy joven, ya tiene amplio alcance y goza de gran popularidad. A veces ni siquiera nos percatamos, pero cuando compramos en Ebay o utilizamos un Uber estamos siendo partícipes de la economía colaborativa.
En los tiempos que corren, este nuevo estilo para realizar transacciones nos ofrece la oportunidad de ser altruistas, generosos y de mejorar en gran medida mejorar nuestras relaciones humanas.