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Proyecto Aristóteles | La investigación Secreta de Google en busca de equipos perfectos

En la actualidad hay un interés muy grande por el ser humano en las empresas. A causa de esto, se han realizado diferentes investigaciones sobre cómo mejorar la calidad en los equipos de trabajo. Pero ninguno ha sido tan exacto como el Proyecto Aristóteles. Dicho proyecto fue estudiado secretamente por la empresa Google. Su investigación tardó 5 años con una inversión de millones de dólares para crear equipos altamente efectivos.

Anteriormente existieron estudios como el Modelo de desarrollo de equipos realizado por Bruce Tuckman 1965. Al igual que Tuckman, Google se interesó en crear una estrategia de equipo para lograr que sus equipos de trabajo funcionen con excelencia. Su investigación se basó en juntar grupos de personas de la misma empresa y analizar su comportamiento para poder crear un modelo que funcionara para su réplica.

En este artículo descubriremos la investigación secreta de Google. Y expondremos algunas conclusiones del Proyecto Aristóteles con el fin de ayudarte a crear estrategias de trabajo para tu empresa, negocio, escuela o cualquier círculo social.

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Inicios del Proyecto Aristóteles

 

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Para Google, la productividad se basa en los recursos humanos. Una empresa tan grande, con mentes brillantes y más de 65.000 empleados que trabajan en equipo, solo puede mejorarse a través de una estrategia humana. Es por lo que decidió embarcarse en el Proyecto Aristóteles.

En el año 2012 reunió a un grupo de personas que se conformaba por estadistas, sociólogos, ingenieros, psicólogos e investigadores para consolidar el proyecto. El objetivo principal del estudio fue encontrar un indicador que reflejara el comportamiento de equipos eficientes. Su intención era saber por qué existen equipos de trabajo que pueden funcionar y otros no. Una vez creadas las actividades para el estudio, Google tendría el secreto para crear un modelo que pudiera replicar en otros grupos de personas.

Lo primero que realizaron fue un corpus de estudios académicos parecidos publicados desde 50 años atrás. Con los trabajos encontrados y datos históricos de Google, pudieron hacer una comparativa y crear un instrumento más eficiente para su investigación. Sus preguntas clave en la investigación fueron: ¿qué clase de personas forman los equipos más efectivos?, ¿los empleados se relacionan fuera de la empresa?, ¿tienen las mismas aficiones?, ¿comparten un carácter similar?

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Primeros hallazgos

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Los resultados que les arrojaron a los expertos en patrones, sobre las habilidades y personalidades de los grupos de personas, no fueron lo que esperaban. En sus conclusiones pudieron notar diferencias entre los grupos: «algunos estaban formados por personas que socializaban fuera de la oficina. Otros se conocían muy poco personalmente. Unos tenían jerarquías bien definidas, otros eran modelos planos. Incluso llegamos a encontrar equipos cuyos componentes eran los mismos pero cuyo rendimiento era diferente según el proyecto», menciona Anita Wooley, coordinadora del proyecto.

Sin embargo, a la luz de estas conclusiones, decidieron cambiar de perspectiva en la investigación. Se orientaron hacia las «normas de grupo» y no individuales: aquellos comportamientos, tradiciones y reglas que se comparten en un grupo. Al comenzar este nuevo camino, se dedicaron a observar a grupos durante más de un año. El Proyecto Aristóteles, ahora a manos de Julia Rozovsky, se puso en marcha. En su búsqueda y cambio de perspectiva detectaron dos comportamientos en los grupos efectivos. Tales se podían asociar con la productividad y el éxito.

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Experimento del Proyecto Aristóteles

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El experimento se basó en la separación de dos grupos: A y B. El primero formado por personas inteligentes y exitosas. El segundo con ejecutivos y jefes de rango medio, catalogados con poco conocimiento. La observación que se analizó en el estudio fue el comportamiento de ambos grupos. El primer grupo mantuvo el orden y la cordialidad. El segundo por el contrario se desordenó y hubo más interacción personal.

Para comprobar la capacidad de trabajo en equipo, se expusieron diferentes pruebas de inteligencia con grupos similares. En una de las pruebas se les proporcionó un ladrillo. Se les pidió a los participantes que expusieran lo que se podría hacer con él. En la siguiente actividad todos los grupos planearon un viaje de compras con una lista de vegetales distintos. La condición era que no podían repetir los productos.

En ambas pruebas, los investigadores pudieron notar comparaciones del comportamiento. Su intención era demostrar cuál grupo entre el A y B hacían las tareas con mayor eficiencia. Su conclusión fue que el resultado de los equipos fue distinto por la relación interpersonal que tenían. La inteligencia en sí se basaba en las relaciones que creaban los grupos. En el caso del grupo A, el trabajo en equipo no funcionaba por su individualidad y distanciamiento. Por otro lado, las tareas del grupo B se realizaron de manera efectiva.

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Claves del Proyecto Aristóteles

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Los investigadores pudieron detectar dos comportamientos en los grupos que hicieron correctamente las actividades:

1. Todos participaban. Esto lo denominaron como el fenómeno «igualdad de la distribución de turnos de conversación». Esto quiere decir que, en el grupo, todos hablaron a mayor o menor medida.

2. Sensibilidad social alta. Es decir, podían intuir cómo se sentían los demás.

El segundo punto se basó en otra prueba que se hizo a los participantes. Se les mostró una foto de los ojos de sus compañeros para detectar su estado de ánimo. En los resultados se encontró que los grupos B, detectaban con mejor exactitud las emociones de sus compañeros. Y esto debido a su sensibilidad social. Determinaron que, aunque el grupo B mostró poca inteligencia individual, pudieron demostrar una inteligencia colectiva.

Los dos comportamientos que demostraron los grupos B se precisaron en el Proyecto Aristóteles como «seguridad colectiva». Definida por la profesora de la Harvard Business School, Amy Edmondson, como «la creencia compartida por parte de miembros de un grupo de que el grupo es seguro a la hora de la asunción de riesgos interpersonales». Por consiguiente, la seguridad psicológica es una sensación de confianza para expresarse libremente en un grupo. En el estudio se demostró que, a pesar de que existen distintos comportamientos que ayudan al éxito de un equipo, la seguridad psicológica es la más importante.

Una vez llegado a la definición, el Proyecto Aristóteles había encontrado la clave para mejorar la productividad de los equipos. Lo siguiente sería proponer un modelo que pudiera aplicarse a todos los equipos de Google. Y, finalmente, elaborar guías para crear entornos psicológicos sanos en otros grupos.

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Determinaciones del Proyecto Aristóteles

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Los investigadores de Google, tardaron en encontrar una forma para poner en marcha lo que habían descubierto. No fue hasta que Matt Sakaguchi, un manager de un equipo en Google, se interesó por el Proyecto Aristóteles. Realizó unas encuestas y, al terminar con resultados negativos, intentó otro método. Reunió a su equipo y pidió que compartieran un asunto personal. Él fue el primero en exponerse: compartió que tenía cáncer en fase 4. La mayoría de su equipo desconocía tal situación, pero eso ayudó a que tuvieran la confianza para hablar.

Lo que concluyeron con esta exposición fue que las conversaciones personales ayudan a mejorar sensación de seguridad psicológica. La apertura con los problemas personales les dio la pauta para saber que existe incidencia en las normas de grupo. Ahora el Proyecto Aristóteles tenía más sentido. Puesto que determinaron que la seguridad psicológica y las emociones están unidas.

Sean Laurent, uno de los ingenieros del equipo de Sakaguchi, reportó durante la participación en el Proyecto Aristóteles un pensamiento muy interesante: «tendemos a pensar que la vida laboral y la vida personal son dos cosas diferentes, pero la verdad es que no lo son tanto. Pasamos la mayor parte de nuestras vidas trabajando, tenemos amigos en el trabajo que hemos conocido a través del mismo, ¿si no podemos ser abiertos y honestos en el trabajo?, ¿dónde lo vamos a poder ser?».

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En conclusión

Los investigadores de Google pudieron notar que la excelencia de los equipos nada tiene que ver con la individualidad de las personas, ni su inteligencia. Tampoco estaban regidas por un líder. El trabajo en equipo, por otra parte, es trabajar la comunicación y la confianza en conjunto. Eso determinará la eficiencia del equipo.

Por otra parte, el Proyecto Aristóteles ha sido una gran enseñanza para el equipo de Google. Su investigación demostró que las formas de trabajo pueden mejorar si existe un entorno de confianza. Esto solo se puede lograr a través de la empatía y la formación de lugares óptimos para el ser humano.

Google es una de las empresas que tienen mayor consciencia humana. Sus investigaciones están alineadas a mejorar su calidad como empresa y la de sus empleados. El Proyecto Aristóteles, y su impacto, es solo la respuesta de que existe una necesidad de voltear al recurso humano para mejorar la calidad de las empresas.


Artículo basado en  ‘‘La búsqueda de Google del equipo perfecto’’ (2016) escrito por Charles Duhigg del New York Times.