Al desarrollar un proyecto queremos que todo salga con los mínimos errores posibles y nos preocupamos por entregarle a nuestro cliente un producto y servicio óptimo. Lograr estos propósitos no siempre es una tarea sencilla: requiere compromiso, poner en práctica métodos de gestión de proyecto y, especialmente, hacer una gestión de calidad en la empresa. ¿Y sabes qué te puede ayudar a consolidar esta meta? La metodología de Six Sigma.
Estamos hablando de un marco de trabajo que propone reducir las fallas tanto como sea posible y que, a la vez, hace énfasis en la importancia de solucionar los problemas de raíz para que no sigan entorpeciendo el trabajo. ¿Te gustaría saber en profundidad en qué consiste el Seis Sigma y cuáles son sus ventajas? ¡Sigue leyendo!
El método Six Sigma busca llevar las fallas y defectos en las empresas u organizaciones a un nivel prácticamente nulo. En ese sentido, puede ser aplicado en prácticamente todas las áreas laborales, aunque tiene mayor impacto en las industrias manufactureras. La finalidad del Seis Sigma es llegar a un máximo de 3,4 defectos por millón de eventos u oportunidades (DPMO). O, en palabras más sencillas, esto puede ser entendido como reducir los defectos en el 99,99966% de los casos.
El método Six Sigma utiliza el análisis estadístico (como la desviación típica estándar y la distribución normal o campana de Gauss) para identificar los defectos de los procesos, que luego se analizan en busca de las causas raíz y las soluciones. También, se usan herramientas de análisis de datos, como los gráficos de control, histogramas y los estudios de capacidad de los procesos, con el fin de averiguar qué es lo que está causando problemas en sus productos o servicios y, a continuación, solucionarlos.
Ahora bien, la clave del método Seis Sigma es entender la diferencia entre un defecto y un fallo. Un defecto es cuando algo no cumple las expectativas: puede que no esté a la altura en algún aspecto o que simplemente falte una de las características distintivas del producto. Un fallo es cuando algo va totalmente mal con el producto o el servicio, cuando no se puede utilizar porque está roto o no funciona correctamente por un error en el sistema operativo, por ejemplo. El método Seis Sigma se centra en reducir los defectos para que los fallos no se produzcan con tanta frecuencia.
La metodología Six Sigma es una evolución de las teorías Total Quality Management (TQM) y Statistical Process Control (SPC). Fue propuesto en 1996 por el ingeniero de Motorola Bill Smith. Posteriormente, General Electric mejoró este método y lo popularizó a nivel global.
En sus inicios, esta propuesta era denominada como reducción radical de defectos en los productos. Con el paso del tiempo, fue evolucionando hasta tener una aplicación como herramienta de control de calidad. Y, a pesar de que nació en el sector industrial, hoy en día se aplica mayormente en el área de servicios, donde se ha demostrado que deja grandes éxitos.
El nombre de Six Sigma o Seis Sigma hace referencia a cuando un proceso tiene un rango de efectividad dentro de los 6 sigma (σ = 6), que significa que la variación o dispersión de resultados (sigma) es muy pequeña. En palabras simples, esto quiere decir que el proceso es prácticamente perfecto.
Este es el principio primordial del método Seis Sigma. Con esto, hay un cambio en cuanto a la forma de operar y de tomar decisiones, debido a que las estrategias surgen desde los niveles más altos de la dirección y la organización. Si en tu organización esto no se hace de esta manera, entonces, deberías cambiar tu enfoque gerencial y adaptarlo a este principio.
Lecturas sugeridas:
Una empresa que quiere hacer uso de la metodología Seis Sigma debe contar con un personal directivo claramente definido, donde todos sepan los roles y responsabilidades que deben cumplir. Esta estructura debe contar con líderes de negocio, líderes de proyectos, expertos y facilitadores.
Los participantes en la metodología Seis Sigma tienen que participar en un intensivo programa de estudio denominado como examen black belt o currículum de cinturón negro, en español. Es una capacitación que tiene una duración de entre 120 y 160 horas, donde las clases están asociadas al proceso DMAIC.
Otro de los principios del método Seis Sigma establece que se deben satisfacer todas las necesidades del cliente. Del mismo modo, hay que ser vigilantes de que se cumplan con los niveles de calidad y desempeño, que deben estar alineados con los estándares del Seis Sigma.
Los datos y el pensamiento estadístico deben prevalecer cuando se quiere implementar el Seis Sigma en una empresa. De esta forma, los datos cuantitativos contribuyen a que se identifiquen de manera lógica los procesos y áreas que tienen que ser mejorados. Evidentemente, se debe hacer un buen análisis y tratamiento de los datos obtenidos.
Uno de los principios del Seis Sigma fundamentales es que los líderes y, en general, la estructura directiva debe contar con reconocimientos. En ese sentido, estos son del siguiente tipo: nota de felicitaciones; presentación y exposición del caso de éxito a colegas; reconocimiento económico y la oportuna promoción a un puesto de mayor jerarquía.
La metodología Six Sigma está pensada para proyectos a largo plazo. Así que cuando se implementa debe ser con una mirada al futuro.
La comunicación asertiva y con responsabilidad forma parte de los principios claves del Seis Sigma. Esta filosofía debe ser adoptada en todos los departamentos de la empresa.
La metodología Six Sigma consta de cinco fases: Definir, Medir, Analizar, Mejorar y Controlar (DMAIC). Esta es la única manera de implementar el Six Sigma.
Es concretar el objetivo del problema o defecto y validarlo. En esta fase, tiene que haber una evaluación por parte de la directiva para evitar la inadecuada utilización de recursos. Esto implica la identificación de todos los aspectos del proceso y de sus resultados para poder distinguir dónde se pueden realizar mejoras. También es necesario reconocer los datos históricos relacionados con el área del problema para poder mostrar cómo afecta a otras áreas del negocio.
Por ejemplo, si está intentando mejorar la satisfacción del cliente con el departamento de atención al cliente de su empresa, tendrá que definir qué es exactamente lo que constituye la satisfacción del cliente. Para tener estas respuestas, hay que hacerse preguntas similares a ¿qué procesos hay en esta área?, ¿cuáles procesos tienen mayor prioridad?, ¿de cuántos procesos eres el responsable?, ¿quiénes del equipo tienen la potestad de cambiar el proceso? También, en esta fase se recomienda definir cuándo empieza y cuándo termina el proyecto para poder medir los progresos realizados.
Esta es una fase donde se validan las métricas. Implica medir cada paso a lo largo del camino para poder mejorar en el futuro. Es conveniente medir todo, desde el tiempo de puesta en marcha hasta la entrega o la producción, pasando por la prestación de servicios o el servicio al cliente posterior, hasta la finalización; todo esto proporcionará suficientes detalles para un análisis preciso más adelante.
Esta fase se puede hacer mediante una inspección de los productos que se fabrican o de los servicios que presta la empresa; esta inspección debe incluir el examen de los datos relacionados con estos procesos para encontrar cualquier área que pueda necesitar mejoras. Además, se recomienda hacer un ejercicio donde se respondan preguntas similares a las siguientes: ¿quiénes son tus clientes?, ¿cuánta exactitud tiene tu sistema de medición?, ¿cuáles son las necesidades reales de tu cliente?, ¿cómo obtienes la información?
En la fase de análisis se busca identificar las fuentes de variaciones, cómo se genera un problema y validar las variaciones vitales con datos. En ese sentido, en esta tercera fase se comprueban hipótesis sobre posibles relaciones causa-efecto. Otro de los objetivos de esta fase es examinar qué ha fallado en cada dato recogido durante la fase de medición, si es que ha fallado, y determinar por qué ha sucedido.
¿Cómo hacerlo? Básicamente, averiguando si hay problemas con la forma en que se están haciendo las cosas actualmente y qué podría causar esos problemas. O, también, puede buscar la respuesta a interrogantes como: ¿cuáles son las fuentes de variación que controla?, ¿cuáles son los objetivos de mejora del proceso?, ¿cómo se definen estos objetivos?
Durante esta fase lo que se hace es asegurarse de que se cumplan los objetivos y evaluar e implementar soluciones. Otro de los propósitos de esta fase es predecir, mejorar y optimizar el funcionamiento del proceso.
Aquí se realizan cambios basados en la fase de análisis, para que el producto o servicio final satisfaga las expectativas del cliente con mayor eficacia que antes. Y, una vez que ha encontrado estas posibles mejoras, se tiene que mantener las mediciones hasta que puedan ser verificadas como soluciones efectivas.
Esta quinta y última fase ayuda a garantizar que estas mejoras perduren en el tiempo para que no se pierdan por efectos de regresión, como el olvido o el cambio de enfoque hacia las antiguas formas de hacer las cosas. También, comprende el hecho de cerrar el proyecto con las lecciones aprendidas.
Este tipo de diagrama es una forma de comprender la relación entre causas potenciales y un efecto, de acuerdo a las 5M: máquina, mano de obra, método, medio ambiente y materiales. Además, facilita la organización de las ideas. Lo mejor del diagrama Ishikawa es que estimula el pensamiento.
El diagrama de Pareto es una técnica de cálculo simple que se basa en la regla 80/20, es decir, donde el 80 % de las consecuencias provienen del 20 % de las causas. En ese sentido, con el diagrama de Pareto se reconocen los problemas más importantes en los que una empresa debe enfocarse.
Esta es una de las herramientas del método Seis Sigma, consiste en una representación gráfica de un conjunto de datos. Existen dos tipos de histogramas: de frecuencia absoluta y de frecuencia relativa. Una de sus ventajas es que ofrecen un mejor panorama acerca de la información proporcionada por datos, de manera que resulta relativamente sencillo interpretarlos.
El Diseño de Experimentos permite diseñar las condiciones ideales de un producto, proceso o servicio para que cumpla con las expectativas. Es bastante empleado en el método Seis Sigma. De igual forma, permite obtener información acerca de los efectos de variables de entrada en una variable de salida a la vez. Es sumamente popular y, en la actualidad, existen software como Stat-Ease y Minitab, que facilitan su realización.
Los Diagramas de flujo sirven para documentar, estudiar, planificar, mejorar y comunicar procesos a través de un sistema o algoritmo informático. El origen de este tipo de diagramas se remonta a las décadas de 1920 y 1930. Por su parte, entre sus usos se hallan el demostrar cómo se organizan un conjunto de datos, estandarizar un proceso, identificar pasos innecesarios y comunicar un proceso para capacitar otros sectores internos o externos de una empresa u organización.
Lean es una metodología basada en la reducción de residuos, mientras que Six Sigma es una metodología basada en la mejora de procesos. Entonces, Lean Six Sigma es un híbrido entre estos dos métodos. De esta manera, se caracteriza por ser un proceso proactivo, donde se emplea una estructura de entrenamiento. Su finalidad es mejorar los procesos e incrementar a grandes niveles la rentabilidad y productividad.
Te recomendamos:
En definitiva, la metodología Six Sigma es una gran marco de trabajo que te va a permitir reducir defectos, pero también, utilizado con un norte claro y objetivos previamente definidos, te puede ser útil para eliminar la sobreproducción, la movilidad innecesaria, las esperas, el talento no aprovechado, el inventario y hasta el transporte no usado.
¿Quieres estar más seguro a la hora de sacar productos al mercado?, ¿deseas competir con empresas con un mayor liderazgo y posicionamiento? Entonces, es hora de cambiar tu método de trabajo y adoptar el Seis Sigma. ¡Esperamos que este artículo te haya sido beneficioso para esclarecer todas tus dudas!
Lee también: