El design thinking o pensamiento de diseño (su significado en español) tuvo su origen en la Universidad de Stanford de California y fue popularizado por Tim Brown y David Kelley, fundadores de la multinacional IDEO. Brown, profesor de la facultad de ingeniería de la Universidad de Stanford, profundizó sobre este método en un artículo publicado en 2008 en el Harvard Business Review. Desde entonces, se ha podido dilucidar de una manera más clara en qué consiste el concepto.
Inicialmente, esta metodología estaba relacionada con el desarrollo del producto. Pero poco a poco ha evolucionado y se ha convertido en una herramienta generadora de innovación con la que pueden surgir ideas en cualquier sector y situación. Actualmente, es usada para la innovación estratégica, mejora de procesos, definición de modelos de negocio, mejora de la experiencia del usuario, entre otros.
¿Quieres saber qué significa design thinking y para qué sirve? ¿Las etapas y pasos para aplicarlo? Entonces, ¡sigue leyendo!
Design thinking es una metodología utilizada por los diseñadores industriales para resolver problemas complejos. Esta desvía la atención del problema y la orienta hacia la acción, propiciando un avance hacia la creación del escenario de un futuro preferido. Se vale de la sensibilidad del diseñador y la lógica, la imaginación, la intuición y el razonamiento sistémico para explorar las posibilidades de lo que podría ser. También para crear los resultados deseados que benefician al usuario final.
Para llevar este método a cabo, se descompone un problema y se divide en partes más pequeñas para analizarlas con lupa sin límite alguno. Este estudio debe ser empático y debe contar con la participación de todo el equipo de trabajo. Es importante tener un equipo de alto rendimiento para observar el problema desde distintas ópticas y enfoques. Para ello, será preciso utilizar diversas herramientas, componentes y aspectos creativos inherentes al diseño y al diseñador.
Esta metodología se ha venido implementando gradualmente en los últimos años en diferentes empresas. Ha contribuido con la creación de productos y servicios que tienden a satisfacer en mejor manera las necesidades de los usuarios, haciéndolos parte activa del proceso de creación.
Existen tres elementos fundamentales para ejecutar el design thinking de forma exitosa. Acá te contamos cuáles son:
Entender y satisfacer las necesidades de los clientes y usuarios es la clave del éxito de cualquier empresa. ¿Cómo puede ayudar a tu negocio el design thinking? Te contamos:
El design thinking centra su atención en las necesidades del cliente de forma empática. Es decir, te ayuda a comprender mejor sus necesidades y, por lo tanto, a buscar una solución que realmente lo satisfaga. Cambia la perspectiva técnica por una visión más humana. Así, te ayuda a poner el foco totalmente en el usuario.
La responsabilidad de satisfacer al cliente más allá de lo operativo hace que los equipos de trabajo que aplican el design thinking se muestren más comprometidos. Al estar involucrado el factor humano, los encargados de suplir las necesidades detectadas procuran no defraudar al cliente ni sus expectativas sobre el producto o servicio.
Al enfocarse en la acción, más que en el problema, el design thinking ayuda a los equipos de trabajo a resolver asuntos complejos de forma más rápida. Este método descompone el problema que, en partes más pequeñas, es más fácil de comprender y solucionar. Además, los pasos y etapas para llevarlo a cabo son claros y específicos. Por ende, facilita su aplicación.
La aplicación del design thinking requiere de equipos multidisciplinarios y, por lo tanto, de una mediación entre las posiciones de cada uno de sus integrantes. Este equilibrio contribuye con la comunicación y compenetración del equipo de trabajo que deberá llegar a acuerdos en los que todos puedan participar. Este aspecto contribuye también con la confianza y el compañerismo entre los miembros de la compañía.
Los mercados evolucionan y los modelos de negocio pueden quedar obsoletos. Este método promueve la revisión de cada aspecto de un problema de forma detallada y profunda. Por ello, puede ser muy útil en la reinvención o rediseño de productos o servicios, pues puede orientar al equipo sobre qué decisiones y acciones tomar, de acuerdo con el nuevo contexto del negocio.
El proceso de design thinking se compone de cinco etapas. Cada etapa cuenta con una serie de técnicas y herramientas creativas y visuales que garantizan que el proceso sea exitoso. Te explicamos una por una las etapas del desing thinking.
¿Quieres usar el design thinking pero no sabes cómo empezar?
El primer paso es ser empático. Se debe comenzar entendiendo las necesidades de las personas o clientes implicados en la solución que se está desarrollando. Para ello, es necesario recabar mucha información y ser capaces de comprenderlos. Esto nos ayudará a crear soluciones coherentes con su realidad y necesidades.
Algunas técnicas que se pueden utilizar en esta etapa son:
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Para definir la posible solución es necesario filtrar toda la información recabada en la etapa anterior, con el objetivo de seleccionar aquella que realmente sea valiosa para el proceso.
Algunas técnicas que se pueden usar en esta segunda etapa del design thinking son:
Es importante no quedarnos solo con una idea. Al contrario, se debe generar muchas posibles soluciones al problema. Si quieres que en esta etapa surjan ideas imaginativas y diferentes, debes propiciar un pensamiento expansivo, creativo y sin juicios de valor.
Técnicas que se pueden utilizar en esta etapa:
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En esta etapa del design thinking las ideas se concretan y se convierten en realidades que permiten visualizar las soluciones de forma tangible. Se construyen prototipos físicos y digitales que representen las diferentes ideas. De esta forma, es posible detectar fallas o aspectos que se deben mejorar.
Las técnicas que se pueden usar en esta etapa son:
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En esta fase los usuarios interactúan con los prototipos. La retroalimentación con los clientes nos ayudará a identificar las mejoras, fallas y carencias. Por ello, es una de las etapas más importantes del design thinking. El objetivo es que la idea evolucione y se perfeccione hasta convertirse en la solución ideal.
Algunas de las técnicas que se utilizan en esta etapa son:
El proceso de design thinking termina con la implementación de la solución una vez esta ha sido testeada y aprobada.
Fue una de las primeras compañías que aplicó este método. Para Steve Jobs, emprender estaba relacionado con la capacidad de resolver problemas en la sociedad y la pasión para crear oportunidades. Con el uso del design thinking, Apple logró unir diseño, tecnología y simplicidad. Así, han logrado conquistar a sus clientes y alcanzar el éxito.
En el 2009, AirBnb percibió que su modelo de negocio no era viable. Por ello, sus líderes decidieron aplicar el design thinking.
Para analizar las fallas de la empresa, hablaron directamente con sus clientes. Esto les permitió hacer cambios significativos e ir midiendo los resultados que iban obteniendo. Paulatinamente llegaron al modelo de negocio actual que los ha hecho reconocidos en todo el mundo.
Los cajeros de este banco son los más humanizados, y se adaptan como ninguno a las necesidades de sus clientes. Los artefactos fueron creados con la colaboración de la empresa IDEO, principal precursora del design thinking. Ya se han instalados algunos en Madrid y su objetivo es que las operaciones sean más sencillas, seguras y cercanas.
Moda de alta calidad, vanguardia y a un precio razonable. Zara tiene muchos años aplicando el método del design thinking para entender y satisfacer mejor las necesidades de sus usuarios.
Esta empresa colombiana de mochilas escolares descubrió, a través del design thinking, que una de las principales preocupaciones de los padres eran los problemas de la espalda de sus hijos al cargar los útiles. Gracias a esto, los creativos de la compañía crearon una mochila innovadora que no pierde su forma, permite que el aire circule a través de sus tejidos y tienen correas ergonómicas que solucionan este problema.
Entre los principales retos que enfrentan las compañías en el mundo actual están la necesidad de ser sustentables en el tiempo, reducir su impacto en el medio ambiente y ser capaces de innovar para mantenerse competitivas. Por ende, es imperativo generar mejores soluciones y fórmulas de creación de ideas para conseguirlo.
Por ello, el design thinking ha ganado tanta popularidad en el terreno del management. Este método se presenta como una alternativa para generar acercamientos frescos a los problemas que enfrentan las organizaciones.
Adam Royalty, profesor de Stanford Design School, lo definió así en una entrevista:
Es un método de solución de problemas en el cual se utilizan técnicas y lenguajes de diseño para hacer que gente de distintas áreas puedan trabajar en conjunto para solucionar un problema o superar un desafío.
Precisamente, es esta unión de técnicas visuales y plásticas, lo que hace que el cerebro trabaje los dos hemisferios a la vez. Por una parte, trabaja la mente creativa y, por otra, la analítica. De esta forma, contribuye con la generación de soluciones innovadoras y factibles a la vez.
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