Es común que escuchemos hablar de las oficinas compartidas como sinónimo de los espacios de coworking. En efecto, tienen algunas similitudes: en ambas existen espacios compartidos y ambas albergan a profesionales independientes. Sin embargo, no son lo mismo.
Ambos conceptos surgieron a finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI. Aunque la línea que las divide es muy delgada, ambas modalidades poseen características propias que las diferencian. Estos mismos aspectos las distancian también de los centros de negocios, un modelo de oficinas de mayor data.
¿Quieres conocer las diferencias entre estos espacios laborales? Acá te contamos qué las caracterizan, y porqué preferirías, tal vez, una oficina compartida.
Las oficinas compartidas son espacios donde profesionales de distintas áreas, usualmente freelancers, pueden hacer uso de un mismo espacio con el objetivo de compartir gastos. Así, pueden contar con espacios en óptimas condiciones, con internet de alta velocidad y en ubicaciones estratégicas de la ciudad, sin invertir demasiado dinero cada mes.
Estos lugares, por lo general, son usados por profesionales independientes. Además, también las usan pequeñas empresas para las que no resulta rentable mantener una oficina muy grande, por su reducido número de empleados.
Aunque suelen ser confundidos con las oficinas compartidas, los espacios de coworking plantean un concepto más amplio que solo dividir gastos. El término coworking fue usado por primera vez en 1999, por el ingeniero Louis Bernard de Koven. Este hacía referencia al trabajo colaborativo que se producía a través de los ordenadores, gracias a las nuevas tecnologías.
Sin embargo, no fue hasta 2005 cuando surgió el primer coworking con las características que conocemos actualmente. Spiral Muse fue creado por Brad Neumberg, quien alquiló una oficina con compañeros de la universidad para que cada uno trabajara en sus propios proyectos. Eventualmente, la convivencia los llevó a ayudarse entre sí. De esta manera, crearon una relación armoniosa de colaboración más allá del pago de los gastos: una característica que conservan y fomentan en la actualidad estos espacios flexibles.
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Un centro de negocios es similar a una oficina compartida, pero, usualmente, con más metros cuadrados. Ofrece espacios de oficinas individuales de alta calidad, fibra óptica, servicios de limpieza, energía, recepción, equipamientos, escáner, fax, entre otros, a costos fijos mensuales.
Son ideales para quien necesita una oficina en poco tiempo, pues los servicios están disponibles siempre para quien los requiere. Brindan, además, la posibilidad de contar con un domicilio, sin tener que alquilar una oficina completa. Los centros de negocios cuentan también, usualmente, con espacios compartidos como salas de reuniones.
Poder dividir gastos ya es una gran ventaja de las oficinas compartidas. Pero ¿sabías que no es la única? Aquí te contamos.
¿Eres freelancer o nómada digital y quieres una oficina amplia y cómoda? ¿Quieres tener servicios de alta calidad, pero no te alcanza el dinero? La oficina compartida puede ser la solución. En estos espacios puedes dividir los costos de tu espacio ideal con profesionales independientes de diversas áreas.
Además, las empresas que ofrecen servicios de oficina compartida se esfuerzan en ofrecer espacios de calidad. ¿Quieres saber a qué nos referimos? Lee nuestro artículo sobre las empresas coworking, las grandes multinacionales de oficinas compartidas.
Aunque convivas con otros trabajadores todos los días, la dinámica de la oficina compartida te permite mantener tu individualidad laboral y personal. En estos espacios compartidos no es indispensable que te involucres en los proyectos de los otros aunque mantengas una relación cordial. Esto te permite trabajar en un ambiente armonioso, pero sin desconcentrarte de tus objetivos laborales y sin tener que estar abierto a pertenecer a un equipo.
Las oficinas compartidas suelen estar ubicadas en zonas estratégicas de la ciudad, por lo que pertenecer a una de ellas contribuirá con tu puntualidad y te dará fácil acceso a compañías de diversa índole, centros comerciales y transporte público. Además, te brindan visibilidad ante clientes que podrán ubicarte y visitarte de forma más sencilla.
Aunque en los tres modelos de oficinas los gastos son compartidos, todas tienen aspectos que las diferencian claramente. La característica más relevante de las oficinas compartidas es que te permiten compartir gastos con otros profesionales independientes sin tener que relacionarte necesariamente con ellos.
Este concepto cambia totalmente en el coworking. En estos la convivencia fomenta colaboración entre las personas que comparten la oficina. Cuentan, asimismo, con community builders, encargados de potenciar esta armonía entre los coworkers. Los coworkings, además, te ofrecen la flexibilidad que necesitas para ajustar tus horarios de trabajo según el tiempo del que dispongas.
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Los centros de negocio, por su parte, ofrecen espacios más parecidos a las conocidas oficinas tradicionales, pero donde los gastos también son compartidos. En lugar de profesionales independientes, en estos sitios conviven pequeñas empresas de diversa índole. Por una cuota fija tienen acceso a todos los servicios que requieren, sin tener que alquilar un espacio muy grande. Son ideales para emprendedores que deseen tener un espacio personal a bajos costos.
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El tipo de oficina que debas escoger siempre dependerá de las características que requieras como freelancer o nómada digital, o de las necesidades de tu empresa o emprendimiento.
Si bien las oficinas tradicionales han funcionado por mucho tiempo, es cierto también que los avances tecnológicos nos han convertido en usuarios de herramientas que no podemos costear siempre. Por ejemplo, un internet de alta velocidad. Además, cada vez es más importante para los usuarios o clientes la imagen del espacio laboral en el que nos desenvolvemos. Así que pertenecer a espacios compartidos cómodos, atractivos y versátiles incrementará nuestra credibilidad. Las oficinas compartidas son una buena manera de suplir ambos aspectos.
Si además de un espacio para trabajar, quieres conocer e integrar profesionales a tu red de contactos, los espacios coworking son una alternativa que pueden ayudarte. En ellos se realizan actividades de integración donde los profesionales que conviven se pueden relacionar no solo laboralmente, sino también social y personalmente. De hecho, existen también centro de negocios coworking, modelos mixtos que mezclan las mejores características de ambos espacios.
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