¿Alguna vez has sentido que no puedes más en tu trabajo? ¿Pensar con claridad y formular ideas sencillas parece algo pesado y hasta imposible? ¿Las tareas laborales te agobian? ¿Sientes que no puedes dar un paso más? ¡Quizás estés teniendo un problema! Se conoce como síndrome de burnout o síndrome del quemado, y es un padecimiento que sufren miles de personas en edad productiva.
Son muchos los factores que nos llevan a agotarnos mentalmente, a sentir que no podemos desarrollar bien nuestras actividades, y dan pie a que el síndrome de desgaste profesional, por ejemplo, aparezca. ¿Es ese tu caso? ¿Conoces a alguien que esté pasando por una situación similar? El síndrome del burnout es más común de lo que se cree, ¡entérate de qué es este padecimiento!
El síndrome de desgaste profesional se define como un agotamiento físico, psíquico y mental producto de la carga exagerada de trabajo. No es de extrañar que en una sociedad donde se nos pide ser productivos tantas horas al día como sea posible, donde descansar está mal visto y se quiere mantener la falsa narrativa de que estar constantemente trabajando es sinónimo de éxito surjan males como el síndrome del burnout.
En ese sentido, se puede definir como la sensación de estar quemado mentalmente y es totalmente posible identificar sus síntomas y someterte a algún tratamiento. En la actualidad, el síndrome del desgaste profesional no aparece en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), pero está señalado en la Clasificación internacional de enfermedades. En algunos países se suele diagnosticar (erróneamente) como síndrome de neurastenia, ya que sus síntomas son similares.
El síndrome del burnout puede afectar negativamente la percepción que una persona tiene sobre sí mismo, y aparece cuando estamos envueltos en una dinámica laboral compleja; por ejemplo, cuando asumimos más trabajo del que podemos manejar, cuando no existe una buena comunicación, pero sí una exagerada competencia por cumplir con plazos de entrega exigentes.
Este síndrome es común en trabajadores que deben desarrollar tareas repetitivas o que requieran pasar largas horas en determinadas posiciones; además, se incrementa cuando se tiene una vida diaria rutinaria.
El primero en hablar del síndrome del burnout fue el psiquiatra Herbert Freudenberger, quien en 1974 lo definió como un proceso paulatino que termina en la pérdida del interés en el trabajo. Posteriormente, Cherniss, en 1980, señaló que existen tres fases del síndrome del burnout:
También Maslasch y Jackson con su informe presentado en 1981 evidenciaron que este síndrome conduce al agotamiento emocional, la despersonalización y la reducida realización personal. A partir de esos postulados, diversos expertos, psiquiatras y psicólogos han empezado a trabajar y presentar sus propias conclusiones.
La psicóloga estadounidense Christina Maslash es quien actualmente lleva la batuta en cuanto a las indagaciones sobre este síndrome y se ha convertido en una voz clave para entender este padecimiento moderno. Asimismo, el libro titulado Burn Out: The High Cost of High Achievement. What it is and how to survive it de Freudenberger se toma con una gran referencia para tratar el síndrome del burnout.
El síndrome del quemado puede aparecer cuando el empleado está inmerso en una realidad poco satisfactoria. Es probable que durante el proceso de selección se le hayan dado falsas expectativas de que podría ascender en distintos puestos laborales o que iba a recibir bonificaciones salariales por buen rendimiento.
Al no recibir estos estímulos, las personas se suelen llegar a sentir mal consigo mismas, empiezan a cuestionar sus aptitudes y caen en un bucle, donde el resultado son bajos niveles de desafío, autonomía y resultados. Es decir, con las expectativas laborales no cumplidas llega la insatisfacción personal.
Es normal que el síndrome de desgaste profesional aparezca cuando una persona está cargando con más responsabilidades de las que puede soportar. Trabajar durante largas jornadas, aun cuando el pago extra sea significativo, no es buena idea, porque no es sostenible en el largo plazo. Jefes, supervisores o encargados que saturen a sus empleados deben revisar este comportamiento para que el ambiente laboral se mantenga sano.
¿Alguna vez has visto anuncios de trabajo donde se pide un copywriter que sepa de diseño, programación y desarrollo de proyectos? ¡No es un chiste! Este tipo de solicitudes existen. Y decenas de personas se postulan aun cuando saben que no cumplen con todos los ítems, porque, en ese caso, la empresa contratante exige que una sola persona cumpla con varios roles.
También se da el caso de que se contrata para un puesto en específico, pero con el pasar del tiempo se te pide que desarrolles nuevas funciones que no corresponden con tu área de experticia.
En ambas situaciones hay un factor común: alguien siempre acepta estas condiciones poco óptimas por necesidad de contar con un salario fijo. Pero las consecuencias son gravísimas, ya que este empleado no estará cómodo, tendrá errores, problemas con sus superiores y un largo etcétera. Inevitablemente tendrá una sensación constante de estancamiento y de que no es suficiente.
Otra de las causas del síndrome del burnout es cuando no hay un buen equilibrio entre la vida familiar, social y laboral. Ir al cine, salir a tomar un helado, conversar con tus seres queridos, quedarte solo en casa y tomar una copa de vino, realizar ejercicios… todas esas son actividades necesarias para llevar una vida saludable.
A veces salir de un trabajo que te cause conflicto haciendo que caigas en el síndrome del profesional quemado no es sencillo. ¡En otras ocasiones es hasta complicado reconocer qué es lo que realmente te está sucediendo! Pero si notas que tu actitud no es la misma y que estás desmejorando, lo mejor es que hables con tus superiores.
Hazles notar que las formas en las que están administrando los roles en el equipo de trabajo y la carga de tareas es la más idónea. Recuerda que la comunicación es clave para la resolución del conflicto. Muestra una actitud conciliadora, explica con argumentos sólidos las razones que te llevan a cuestionarlos y proponles algunas soluciones.
Si esto no da resultado o tus palabras son silenciadas, criticadas y no ves cambios, lo recomendable es que renuncies. Busca, en las medidas de tus posibilidades, otro empleo o, ¡quién sabe!, quizás puedas emprender tu propio negocio.
Lecturas sugeridas:
Ahora bien, el síndrome del burnout no termina cuando sales de este ambiente laboral tóxico, puedes quedar con secuelas. Para ello, debes buscar ayuda psicológica o psiquiátrica, estos profesionales te darán las herramientas que realmente te hacen falta para superar este mal momento. ¡El síndrome del quemado es algo temporal! Todo pasa y pronto tendrás la posibilidad de ser el profesional que quieres ser.
Los contratantes pueden tomar pequeñas pero significativas acciones para evitar que sus empleados desarrollen el síndrome del quemado. Algunas de ellas son las siguientes:
Lecturas recomendadas:
Esta es una forma de ser precavidos. Con el internet, distintas empresas han tenido que migrar al mundo digital, por lo que encontrar un sitio web, reseñas o comentarios en sus redes sociales puede darte una idea de cómo es el clima laboral y el trato que les dan a sus empleados.
Toma una siesta reparadora cada vez que sea posible. Todos los días haz pequeños rituales o acciones que te conecten contigo mismo. Quizás te funcione encender una vela aromática, meditar, hacer yoga o prepararte un café en las mañanas. ¡Si haces lo posible por no faltar a las reuniones de trabajo y juegas con los tiempos de tu agenda, también puedes buscar media hora al día (o más) para dedicártelo a ti mismo!
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No, no es necesario que estés estudiando o trabajando constantemente. ¡No creas en lo que te dice la ansiedad o los cánones de la sociedad! Está bien decir «no puedo hacer horas extras esta semana» o establecer límites cuando sientas que en tu trabajo te están cargando con responsabilidades que no te corresponden. ¡Es mejor que hables a tiempo!
Lo que pensamos, lo que manifestamos con nuestro pensamiento, puede afectar nuestro entorno. Piensa en positivo, atrae lo que quieres. Además, tener una actitud agresiva hacia el exterior o con terceras personas puede dar pie a que los problemas siempre estén presentes en tu vida.
Encontrar cifras oficiales sobre la incidencia del síndrome del burnout a nivel global sigue siendo complejo, pero no hay dudas de que la cultura always on hace que miles de personas alrededor del mundo lo experimenten. ¿Te has sentido con uno o más de los síntomas de desgaste profesional? ¡Es momento de escuchar las señales de tu cuerpo y buscar ayuda!
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