El método Scamper es un acrónimo anglosajón creado por el académico Bob Eberlee, quien se basó en un listado de verificación desarrollado por Alex Osborn, creador del método de brainstorming (lluvia de ideas). La técnica tiene como objetivo delimitar los problemas para posteriormente encontrar soluciones a los mismos, por medio de la creatividad.
Pero ¿a qué se refieren las siglas del acrónimo y cómo puedes aplicar esta técnica en tu empresa? Aquí te contaremos más sobre el Scamper, para qué sirve y cómo desarrollarlo de forma efectiva.
Scamper es un acrónimo nemotécnico que representa siete palabras, que lo hacen fácil de recordar para estimular el pensamiento creativo. Eberlee propone esta técnica con el fin de ayudar a las organizaciones a tomar decisiones de manera más concreta y sin perder tiempo. Sobre todo cuando, por distintos factores, los equipos de trabajo se han quedado sin ideas. La serie de pasos delimitados por las siglas del método Scamper pueden ayudar a los equipos a conseguir una solución a este problema.
El desarrollo de esta técnica de creatividad consiste en seguir los pasos que indican las siete siglas de su nombre. Es utilizada principalmente en las empresas para mejorar productos, marcas o servicios que ya se encuentran en el mercado. Este proceso se conoce como rediseño del producto. ¿Quieres saber qué significa cada letra? Veamos entonces qué preguntas debes responder en cada paso.
Son muchas las preguntas que podemos responder en esta etapa, pero podemos comenzar por las siguientes:
Si lo que queremos es combinar nuestro producto, responder estas interrogantes nos puede ayudar:
Si estamos pensando adaptar nuestro producto o servicio, podemos comenzar por estas preguntas:
Para modificar un producto, podemos guiarnos con estas interrogantes:
En algunos casos, el rediseño del producto implica ponerlo en otros usos. Estas preguntas pueden ayudarnos a enfocar ese cambio:
La técnica Scamper también nos puede ayudar a definir y decidir qué se debe eliminar. Así, puedes comenzar por:
A veces, algunos procesos necesitan ser reordenados. Es importante responder estas y otras preguntas para proceder a la toma de decisiones:
El método Scamper puede ser aplicado en cualquier organización, sociedad, compañía, o en cualquier asunto que lo requiera. Para desarrollarlo se deben seguir las indicaciones de cada letra del acrónimo, contempladas dentro de las siguientes fases:
El primer paso para aplicar la ténica Scamper es identificar el problema. Este paso es esencial para poder encontrar soluciones. Como esta técnica tiene por objetivo mejorar o rediseñar, será necesario primero escoger el producto, marca o servicio con el que se trabajará e identificar qué problemas presenta. Luego, nos preguntaremos qué podemos hacer al respecto. Esta pregunta nos ayudará a decidir si vamos a sustituir, combinar, adaptar, modificar, poner en otros usos, eliminar o reordenar. Una vez obtengamos las respuestas, pasaremos a la siguiente fase.
Después de identificar el problema, aplicaremos técnicas del brainstorming para obtener una lluvia de ideas que nos ayuden a resolver el problema que definimos en la fase uno. Esta técnica nos permitirá centrarnos en las soluciones, distinguirlas mejor y brindarle opciones al cerebro para que no se bloquee durante el proceso y tenga muchas más alternativas. Por ejemplo, si en la fase uno decidimos que lo que vamos hacer es modificar, en esta fase nos enfocaremos en el cómo lo vamos a modificar.
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Una vez que hayamos determinado qué es lo que necesitamos hacer (fase 1, con base en las siglas), y cómo lo vamos hacer (fase 2, parte creativa), pasaremos a la fase 3. Esta consiste en llevar a cabo la toma de decisiones. Se centrará en evaluar, descartar y seleccionar las ideas que mejor se acoplan a los intereses de la empresa y, por supuesto, que sean factibles. Existen diversos métodos que nos pueden ayudar en esta fase, como la técnica de los seis sombreros.
Diversos autores coinciden en que la metodología Scamper se desarrolla de forma más efectiva si se cumple con las siguientes condiciones:
Porfundiza más con estos recursos:
Coca-Cola es un ejemplo de éxito en el uso de la metodología Scamper. Con esta técnica de creatividad la compañía determinó qué cambios harían en la composición de la bebida y de estrategias en los puntos de venta, facilitando que esta llegara con más facilidad a más consumidores.
Estas plataformas han redefinido el concepto de viaje ofreciéndole la opción a usuarios de escoger vuelos, hoteles y servicios adicionales desde un solo lugar. Además de comparar costos y servicios para que la persona pueda elegir el que más le convenga según sus capacidades. Este alcance se logró reordenando el servicio.
Un ejemplo de adaptación, uno de los pasos de la técnica Scamper, es el cambio de pantallas de móviles, que pasaron de los botones a pantallas touch. La adaptación del formato de las historias de Snapchat en plataformas como Facebook y WhatsApp también es un buen ejemplo de este proceso.
El método Scamper ha demostrado ser una de las técnicas más prácticas y efectivas para activar el pensamiento creativo, en un margen de tiempo corto. En muchas organizaciones, el límite de tiempo es causa de estrés, bloqueando así la creatividad. Por tal motivo, esta metodología se ha convertido en la solución a este problema, en muchos casos.
Sin embargo, aunque ha demostrado ser un método exitoso, no es recomendable abusar de él. Lo ideal es aplicarlo cuando se necesite rediseñar un producto o resolver un problema, pero se cuente con poco tiempo para ello.
Como el método Scamper, existen otras técnicas que contribuyen con procesos que impliquen creatividad y rapidez, como el design sprint o el design thinking. Lo más importante al momento de decidir cuál usar es considerar cuál se adapta mejor a nuestras necesidades y las del usuario. De ello dependerá el éxito de su desarrollo.
¡Y ahora tú! ¿Qué te ha parecido esta técnica creativa? ¿La aplicarás?
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