En la actualidad la dinámica laboral se ha transformado, vemos nuevos modelos de trabajo como el smart working, trabajo por objetivos, home office y hasta posibilidades de combinar estos nuevos paradigmas en beneficio de todos. Sin embargo, existe algo que se mantiene y que es totalmente necesario: las reuniones de trabajo, bien sean virtuales o presenciales.
La pregunta que nos debemos hacer es cómo lograr que estas reuniones de trabajo sean efectivas. Y la respuesta es bien sencilla: planificación y organización ante todo. Por eso en este artículo descubrirás la mejor manera de tener reuniones de trabajo efectivas: desde su estructura y los roles que debe cumplir cada integrante hasta la mejor manera de dirigirlas. ¡Acompáñanos en este artículo!
Las reuniones de trabajo en equipo se definen como un proceso donde se convoca a un grupo de personas que laboran en una misma empresa u organización, con la finalidad de conversar, debatir, analizar y llegar a conclusiones finales sobre un tema en específico. En tal sentido, las reuniones de trabajo son parte de la vida laboral y altamente necesarias.
Una reunión de trabajo permite que haya una comunicación coherente, asertiva y que favorezca una mayor integración entre los miembros del equipo. Para ello, es común que en las reuniones de trabajo se hagan dinámicas o se pongan en práctica técnicas que estimulen la participación, como la lluvia de ideas o el método SCAMPER.
De no efectuar reuniones laborales, se pudiese caer en el error de tener un equipo descoordinado. Eso sí, siempre se debe procurar un equilibrio y seguir ciertos parámetros para no hacer reuniones repetitivas que causen desmotivación entre los empleados. Es importante que los puntos a abordar tengan un propósito que ayude a lograr los objetivos semanales, mensuales, o según el calendario que tengan definido a cumplir.
A través de este proceso, el líder, supervisores y otros miembros pueden saber el estatus del proyecto en el cuál están trabajando. Además, también es útil para que todos aclaren dudas o se lleguen a acuerdos que sean beneficiosos.
Por lo general, las reuniones de trabajo efectivas pueden tener hasta cuatro objetivos principales. No obstante, en una misma reunión se pueden tener varios objetivos al mismo tiempo. Échales un vistazo:
Es común que una reunión empresarial se haga para llegar a una resolución de un problema. En este caso, también se negocia para establecer propósitos. Requiere de un moderador que ayude a guiar todo el proceso durante la reunión laboral.
Este tipo de reuniones pueden ser convocadas por los líderes, gerentes, managers o supervisores. Se llevan a cabo cuando se considera que el resto de los miembros del equipo necesitan escuchar una información de interés. Por ejemplo, cuando existe la posibilidad de un aumento salarial, para definir los días que tendrán de vacaciones, comunicar datos sobre probabilidades de ascenso, estudiar prestaciones, etcétera.
Entre los objetivos de estas reuniones de trabajo también se hallan la coordinación e información entre ejecutivos, mostrar el funcionamiento del equipo, difundir una decisión o notificar cualquier serie de cambios.
Son reuniones de trabajo donde se buscan las causas de un problema con la finalidad de conocer diferentes alternativas y ópticas de un mismo escenario.
Tienen la finalidad de conocer las opiniones de todo el personal de una empresa para la posterior toma de decisiones. En este caso, se pretende recabar distintos puntos de vista, necesidades, intereses, motivaciones. De esta manera, también se identifican posiciones ante un conflicto y se conocen las reacciones ante un cambio.
¿Cómo debe ser una reunión de trabajo? En primer lugar, se tienen que tomar decisiones que se basen en el consenso. Es la característica más destacada de las reuniones laborales. ¿Por qué? Porque en todos los grupos hay diferencias. Es perfectamente normal. Sin embargo, se tiene que buscar una salida que termine con la conciliación, incluso, de las ideas más controversiales.
Asimismo, todos tienen que estar enterados de que la reunión se va a llevar a cabo. ¡Es fundamental! Existe un alto porcentaje de reuniones que son notificadas a último momento. Esto jamás debe pasar. La idea es que sean programadas y que los participantes se puedan preparar para una eventual participación. Esto permite, además, que no solo el jefe hable durante toda la jornada, sino que cada uno pueda llevar material de apoyo, buscar referencias o consultar fuentes. El debate también será mucho más nutrido.
Otra de las características de las reuniones de trabajo efectivas es que se debe forjar un espacio seguro que invite al intercambio de ideas. Esto quiere decir que no se puede tomar posturas infantiles que ridiculicen o minimicen a los demás. ¡Todos pueden expresarse y dejar ver sus posiciones!
Las reuniones de trabajo deben permitir avanzar al equipo. Estas no pueden concluir con la sensación de que no se llegó a ningún lado. De una reunión, siempre debe quedar una tarea nueva a realizar, una decisión tomada, una propuesta, pero jamás deben sentirse como vacías o que no contribuyeron a seguir adelante con el trabajo.
Las partes de una reunión de trabajo empiezan antes de que se lleve a cabo. El primer punto es establecer qué es lo que se pretende lograr con la reunión. ¿Llegar a un acuerdo? ¿Reunir ideas? ¿Solo dar una información? También se debe elaborar una lista de los tópicos que se van a abordar.
Es cierto que en las reuniones pueden surgir nuevas dinámicas que lleven a una reorganización de los temas a tratar. Sin embargo, se debe procurar estar preparado para todos los escenarios, para no caer en errores que lleven al descontrol de la reunión.
El siguiente paso en las estructuras de las reuniones de trabajo efectivas es notificarles a todos los miembros el día, la hora, lugar y temas a tratar. Ahora bien, ¿crees que una reunión de trabajo solo es exitosa cuando tienes muchos miembros? ¡Te equivocas! Lo mejor es que solo las personas a las que les interesa la información o tienen algo relevante que aportar en la conversación estén presentes. En este caso, gana la calidad sobre la cantidad.
Una vez que estén todos los asistentes, empieza a hablar sobre los temas principales, concluye (si da tiempo) con los temas secundarios y hasta terciarios. Lo recomendable es que vayas en orden de prioridad.
Minutos antes de finalizar la reunión, abre un espacio para formular preguntas, aclarar dudas o plantear temas para la próxima reunión. ¡No subestimes estos minutos! Muchas veces a último momento surgen pensamientos claves para lograr los objetivos de la empresa.
Las reuniones laborales no concluyen cuando todos abandonan el espacio de trabajo. La última parte de la estructura es elaborar conclusiones, resúmenes y establecer una lista de los ítems más importantes. Compártelo con todos los asistentes a la reunión por correo electrónico o envía el documento en físico a la oficina de cada participante.
Es la persona encargada de dirigir y moderar la reunión laboral. Es uno de los roles con mayor responsabilidad, ya que guía toda la estructura y cumple con la agenda establecida. Asimismo, es el líder quien lleva el ritmo de la reunión y, según su criterio, se define la frecuencia de estas.
El líder tiene la capacidad de asegurarse de que la comunicación vaya en todas las direcciones y que el diálogo sea efectivo. No necesariamente este cargo lo tiene que ocupar una persona de alto rango. Tan solo basta con que tenga autoridad ante los miembros de la reunión y conocimientos pertinentes sobre el tema, por supuesto.
Lecturas para ti:
Todas las reuniones ameritan logística y este es el rol que cumple el coordinador o facilitador. Se asegura de que el lugar esté acorde, haya materiales, el número de personas necesarias, información suficiente, etc. También comunica las reglas para discutir todos los temas y lleva el tiempo para que no se exceda y se use óptimamente.
Este rol lo desempeña la persona que tiene la responsabilidad de llevar la minuta de la reunión. Documenta los acuerdos a los que se llega y los compromisos que se fijan. Apunta todos los puntos importantes que se tocan en la reunión empresarial. Luego, antes de finalizar la reunión, explica las conclusiones finales. Archiva la información sobre todas las reuniones que se han realizado en un determinado periodo de tiempo.
El último rol lo tienen los miembros o participantes. Sin ellos no puede haber reunión. Tienen la obligación de prepararse para el encuentro, mantenerse activos durante la jornada y dar información que ayude al logro de los objetivos.
Reuniones de rutina, reuniones de negocios, reuniones informativas… existen tantos tipos de reuniones laborales como objetivos se pretendan conseguir. A continuación, te mostramos los tipos de reuniones de trabajo más comunes:
La preparación de una reunión de trabajo efectiva empieza con el líder. Conviértete en uno. Busca formas de marcar el camino, conseguir métodos para estimular la participación de los miembros y pon un orden.
2. Ten objetivos claros y buenas preparación
Antes de convocar a una reunión laboral, pregúntate: ¿cuál es la necesidad de hacerla?, ¿existen razones suficientes? Elabora una lista de los objetivos que pretendes lograr. Y, por supuesto, prepárate. Esto quiere decir que debes saber cuál es el discurso que dirás, por qué, el tiempo estimado… ¡Ten una planificación y organización de absolutamente todo!
Lo recomendable es organizar reuniones de trabajo con al menos una semana de antelación. Así, todos pueden consultar su agenda y avisarte sobre su disponibilidad. En caso de que hagas reuniones semanales, elige un día y una hora a la semana fijo para que los participantes tengan conocimientos y puedan evitar faltar.
Tener reuniones de trabajo divertidas es posible. Esto lo puede hacer creando presentaciones que resulten atractivas, que tengan datos de interés y que llame la atención de los participantes. Si estás en una reunión presencial, elabora una presentación dinámica. En las reuniones virtuales, puedes compartir tu pantalla para mostrar algo de la empresa en tiempo real.
Finalmente, puedes saber si tu forma de dirigir una reunión de trabajo es efectiva escuchando la opinión de los miembros. Para ello, puedes coordinar una conversación un tanto más informal y hacerles preguntas. También puedes solicitarles llenar un formulario anónimo.
Tener un lugar físico para las reuniones de trabajo puede ser un elemento que preocupe a los organizadores. Por eso, Worktel se posiciona como una excelente opción para hacerte la vida más sencilla. Se trata de una app de alquiler de espacios de trabajo y salas de reuniones. Estos espacios de trabajo flexibles podrán ser contratados por meses, ciudades o días. La buena noticia acerca de Worktel es que planea ampliarse a decenas de países en los próximos meses.
Informar a los participantes acerca de la reunión es crucial y para hacerte el proceso más sencillo está Doodle. Permite hacer la convocatoria en pocos clics y hasta propone a todos los contactos distintas fechas y horas para que voten la que más les conviene.
Las reuniones virtuales no son para todo el mundo. Si eres de ese tipo de personas puedes probar con Video Window, cuyo propósito es «crear una extensión del espacio físico para ayudar a los empleados a sentirse más conectados entre sí como si estuvieran en la misma oficina». ¿Te parece interesante este concepto?
Esta es una de las aplicaciones para reuniones de trabajo más sencillas de utilizar. Las personas invitadas solo tienen que hacer clic en el enlace de invitación, o simplemente introducir sus nombres y número de reunión, ¡y listo! Entre sus ventajas se encuentra que permite hasta 100 participantes, se puede grabar y tiene una calidad de imagen en HD.
La efectividad empresarial se puede lograr a través de las reuniones de trabajo. Además, son una oportunidad imperdible para hacer networking, aprender, obtener beneficios, poner en práctica el trabajo colaborativo y expandir los conocimientos. ¡Esperamos que tus próximas reuniones de trabajo sean altamente efectivas!