La búsqueda de empleo puede ser un proceso caótico, sobre todo, si no tenemos optimizado nuestro currículum con las habilidades laborales que usualmente buscan los reclutadores. Todos tenemos fortalezas y habilidades, sin embargo, es importante que las conozcas para que puedas resaltarlas.
Es prácticamente imposible que te contraten en el empleo de tus sueños si no posees, al menos, algunas de las principales habilidades laborales. Esto también representa un problema para el departamento de recursos humanos de una empresa u organización, porque si contratan a alguien no calificado con estas habilidades y competencias puede derivar en problemas operativos, productivos y hasta puede afectar la motivación en el trabajo.
¿Ya tienes experiencia en el puesto al cual te postulas? ¿Gozas de una excelente formación académica? ¡Ahora tan solo tienes que echarle un vistazo a cuáles son las habilidades laborales que debe tener un trabajador! Te invitamos a seguir leyendo.
Las habilidades laborales se definen como un conjunto de conocimientos, aptitudes y actitudes que posee un trabajador para desempeñar una tarea de manera exitosa. En ese sentido, el individuo demostrará ser capaz de resolver problemas, presentar alternativas, cumplir con sus asignaciones y ejecutar a cabalidad el rol en el equipo de trabajo para el cual fue escogido.
Se cree que este término se deriva del latín y significa ‘tener la capacidad para’. Las habilidades y actitudes laborales guardan una estrecha relación con el carácter del individuo. Es decir, son inherentes al ser humano, no están relacionadas con su formación académica ni involucran los conocimientos técnicos.
Cabe señalar que cada puesto de trabajo necesita de habilidades específicas y, según criterio del reclutador, se puede ser flexible. En teoría, un sujeto que cumpla con habilidades laborales bien destacadas llevará a su equipo al éxito y tendrá una mejor trayectoria profesional. De esta manera, los conocimientos y habilidades laborales es lo que hace que un trabajador resalte por encima de otro en las entrevistas.
Las habilidades profesionales también son conocidas como habilidades duras. Aquí se agrupan las destrezas técnicas que un sujeto acumula a lo largo de su vida. En otras palabras, este tipo de habilidad laboral se refiere a las capacitaciones formales. Son fáciles de medir y son determinantes en un proceso de selección.
Se deben tomar en cuenta porque mejoran la productividad en un ambiente de trabajo, generalmente aumentan las probabilidades de ser seleccionado para cubrir una vacante y permite que la comunicación se dé usando lenguaje técnico. Un ejemplo de habilidad profesional es cuando alguien obtiene un título universitario o toma algún tipo de programa de capacitación.
Lecturas para ti:
Si deseas demostrar tus habilidades profesionales, puedes añadir en tu curriculum alguna información similar a:
Las habilidades personales son conocidas como habilidades blandas. A diferencia de las anteriores, son difíciles de medir, debido a que están relacionadas con la personalidad del candidato, su inteligencia y cómo se maneja en las interacciones interpersonales. Este tipo de habilidades laborales tiene que ser desarrollado durante toda la vida laboral, porque ayuda a soportar obstáculos o estrés en el trabajo.
Asimismo, son claves para que el individuo encaje en el grupo laboral y siempre haya buena cohesión. Las habilidades sociales contribuyen a que el equipo se mantenga unido y con un buen ambiente. Una persona que carezca de ellas se convertirá en una molestia para la organización y para los demás.
¿Cuáles son las características predominantes de una persona con habilidades personales? Toma la iniciativa, sabe delegar, se hace responsable por sus decisiones, es autónomo y goza de inteligencia emocional. Los reclutadores que eligen candidatos con habilidades personales bien marcadas bajan el porcentaje de rotación de personal.
La lista de aptitudes y habilidades laborales está encabezada por la capacidad que tiene un individuo para encontrar la solución a cualquier tipo de conflictos en el entorno de trabajo. Los reclutadores, supervisores y líderes en general suelen tener preferencia por aquellas personas que demuestran ser resolutivas y que toman las iniciativas.
De igual manera, se valora a quienes toman decisiones asertivas para evitar cualquier inconveniente. A menudo en el trabajo se deben tomar acciones que permitan continuar con la operatividad, de esta forma, suele valorarse positivamente a quienes son propositivos.
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Otra de las competencias laborales más demandadas es la organización. Esto quiere decir que el sujeto debe demostrar cómo prioriza sus actividades y cuál es la gestión que tiene de su tiempo. Este es uno de los ejemplos de habilidades laborales que no se aprenden en la universidad o en el colegio. La organización depende de cada persona y los métodos pueden variar significativamente.
Al respecto, se valora muchísimo el cumplimiento de los plazos y la responsabilidad. Por lo general, la organización se mide en cómo se aumenta o se mantiene en el tiempo el nivel de productividad.
Las habilidades profesionales de un individuo pueden ir cambiando en la medida que vaya escalando posiciones. En este caso, lo que se busca es un profesional que no se quede con lo que ya sabe, sino que desee ampliar sus horizontes. La forma en la que adquiere los conocimientos puede ser variada, bien sea por experiencia o a través de cursos.
Por ejemplo, si el trabajador maneja el inglés como lengua extranjera, lo que se quiere es que tenga las ganas de dominar el francés o el italiano. Esto es aplicable a absolutamente todos los puestos de trabajo. ¡En la actualidad es necesario que los trabajadores se muestren interesados por aprender y salir de su zona de confort!
En la lista de habilidades laborales también se incluye la creatividad e innovación. Muchas empresas se quedan estancadas en sus ventas, no ofrecen productos nuevos o la competencia los sobrepasa. Sin embargo, un empleado con una visión bastante creativa e innovadora puede inyectarle grandes beneficios.
Ahora bien, también es tarea de los supervisores realizar actividades y dinámicas que fomenten el pensamiento creativo. Se debe consultar con cada uno de los miembros del equipo a fin de poder escuchar sus ideas. Para esto, es ideal la técnica de lluvia de ideas, pero en la actualidad hay distintas alternativas que pueden ser puestas en práctica en modalidad remota o presencial.
Uno de los ejemplos de habilidades laborales para currículum es la comunicación certera, efectiva y coherente. ¡Grandes errores pueden surgir si no hay una buena comunicación! Es totalmente imprescindible para informar acerca del estatus de las actividades, para entenderte con tus compañeros, para dar tu punto de vista y despejar cualquier tipo de duda.
Las claves para una comunicación efectiva son las siguientes: hablar oportunamente, ser coherente con las palabras y acciones, tener un objetivo comunicativo definido y escuchar de manera activa. En las entrevistas es elemental que pongas esto en práctica, porque muchas veces los reclutadores se dan cuenta de cómo te expresas y manejas. También se valora poder comunicarte en otros idiomas.
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El entorno de trabajo significa dinamismo, salvo ciertos puestos que son más repetitivos. Un individuo que se muestra reacio al cambio y que no quiere adaptarse a otros métodos de trabajo difícilmente se cataloga como un poseedor de habilidades y actitudes laborales. Ser flexible no significa dejarte dominar o no establecer límites, sino buscar un punto de encuentro donde ambas partes salgan beneficiados.
La pandemia de la COVID-19 demostró que se debe ser flexible. La vida puede cambiar en un segundo. Un ejemplo claro es cómo el mundo pasó de largas jornadas presenciales con horarios estrictos al smart working o laborar por objetivos. ¿Pero qué pasa si un empleado se niega rotundamente a probar una nueva modalidad? ¡Pues probablemente sea sustituido por alguien que sí sea flexible!
Esta es otra de las habilidades profesionales que no pasan desapercibidas. Tener certificados de institutos educativos reconocidos será un plus para tu hoja de vida. ¡Trata de formarte en la medida de lo posible! Por supuesto, esta capacitación tiene que ir acorde con tu perfil. A una empresa no le interesará si tienes formación en finanzas cuando el puesto requiere a un diseñador de modas.
¿Cómo analizas la información que recibes de tu exterior? Este hecho puede ser crucial y tomado en cuenta dentro de tus habilidades profesionales y personales. En la actualidad y con los avances de la tecnología estamos bombardeados de información, a veces muchísima es falsa. ¿Pero tienes la capacidad para discernir lo real de las fake o buscas siempre nuevas opiniones?
Aquí también entra tu criterio y tu capacidad para elaborar un juicio y llegar a conclusiones. ¿El individuo es fácilmente influenciable? ¿Compara datos hasta tener una hipótesis? Muchas empresas valoran a aquellos trabajadores que demuestran ser investigativos y que no se conforman con una sola versión de los hechos. En su lugar, analizan todos los estímulos que reciben.
La empatía es la capacidad que tiene el ser humano para ponerse en el lugar del otro. ¡Y es una de las más grandes habilidades laborales! A través de la empatía, el individuo elimina prejuicios y suposiciones, crea un ambiente cómodo de trabajo, se consolidan mejores relaciones y llegar a acuerdos puede hacerse de forma más rápida y sencilla.
Tener la empatía como una de las habilidades laborales y personales es conseguir compartir y comprender los sentimientos, necesidades, preocupaciones de tus coworkers. Además, demuestra que tienes inteligencia emocional. Para implementar la empatía en tu empresa es recomendable que te tomes el tiempo de conversar con todos, reflexiona acerca de tu modo de ver la vida y mantente al día con el ritmo de vida de tus compañeros.
Cuando eres contratado por una empresa pasas a ser miembro fundamental de un equipo. Somos individuos sociales que necesitamos interacción, ¡y rehusarte a ello o tomar un rol pasivo y obstructivo solo hará que no encajes y seas visto como un factor negativo!
Al trabajar en equipo tienes que cumplir con sus cinco componentes: complementariedad, compromiso, confianza, coordinación y comunicación. Al respecto, un individuo que trabaje en equipo podrá crear sinergias, reforzar la responsabilidad y contribuir a la creación de estructuras de trabajo más participativas y flexibles.
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La diferencia entre habilidades laborales y competencias no es tan marcada. Sin embargo, se debe aclarar las disimilitudes, ya que a menudo son utilizados como sinónimo. Una habilidad laboral hace referencia al hecho de que un individuo realice una tarea tan solo porque le corresponde. En teoría, cualquier persona con el conocimiento técnico suficiente puede cumplir con ciertas tareas, pero eso no lo convierte automáticamente en un ser competente.
Entonces, ¿qué es una persona competente o que posee un conjunto de competencias? Es aquel que realiza una tarea con experiencia y conocimiento. Está consciente de su importancia, pero va más allá y explora nuevas maneras de alcanzar su máximo potencial. Las competencias que puede poseer un sujeto están determinadas por su manera de buscar nuevos modos de cumplir las tareas.
En resumen, una habilidad la puede poseer quien solo se dedica a cumplir con su deber. Es una actitud típica en trabajos manuales o en empresas donde no existen incentivos y estímulos positivos. En cambio, una competencia está relacionada con una persona proactiva, curiosa y responsable.
Una manera idónea de lograr el desarrollo de habilidades laborales es a través de la rotación de los puestos de trabajo, pero en este caso se sugiere que sea a una posición con nuevas responsabilidades, pero igual status o remuneración. De esta forma, la necesidad de cumplir con un nuevo rol hace que se estimule el desarrollo de habilidades personales.
Así, se obtienen dos grandes ventajas: por un lado, el profesional se abre a nuevos retos. Por otro lado, se detecta con facilidad qué áreas de oportunidad tiene cada persona y qué habilidades requiere desarrollar.
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Se puede tener mejores dinámicas de habilidades laborales con un equipo multidisciplinario. Este es uno de los tipos de equipos de trabajo donde se incluyen personas de todas las áreas o con perspectivas diferentes. Su creación aumenta la sensación de pertenencia del empleado y se compromete mucho más con el logro de sus metas.
Los equipos multidisciplinarios también son excelentes para el trabajo colaborativo y puede ser un espacio de apoyo entre colegas; al mismo tiempo que se democratizan los conocimientos y la participación activa. Para su éxito, debe haber un líder u organizador que encamine las reuniones de un equipo hacia una meta en común.
Las habilidades profesionales pueden ser expandidas mediante las facilidades que ofrezca la empresa u organización. Aquellas que tienen opciones para que sus empleados continúen con su capacitación logran que estos se comprometan en mayor medida. Esto se puede efectuar de varias maneras: teniendo una biblioteca de cursos o diplomados o a través de convenios educativos con universidades o institutos de educación.
También se puede seleccionar a una persona para que sea el coaching. Su rol será fundamentalmente ayudar a fortalecer las competencias funcionales del equipo. Puede cooperar en la resolución de conflictos, comportarse como una persona experta y asegurarse de que haya una transferencia de aprendizaje.
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Las habilidades laborales son fundamentales para que un trabajador tenga un cúmulo de aptitudes que contribuyan al desenvolvimiento de su puesto de trabajo. ¡Ojo!, si no cumples con todas, ¡no te preocupes! Puedes empezar ya mismo a desarrollarlas. ¿Tienes alguna duda? ¡Déjanos un comentario!